Diciembre 26, 2023

Al ver a Netanyahu abandonar a nuestros rehenes, echo de menos la era pasada de los grandes líderes israelíes

Una mujer participa en una protesta ante el Parlamento israelí en la que se pide la dimisión del primer ministro y la intervención del gobierno para la devolución de los rehenes, en noviembre.

Todos los relacionados con esta decisión, de renunciar a la oportunidad de recuperar más rehenes israelíes, deberían agachar avergonzados la cabeza.

POR: Raviv Drucker

Hace falta mucha autocontención para no utilizar palabras salvajes para describir la decisión de Benjamin Netanyahu de poner fin a la liberación de rehenes de Hamás.

No hacía falta ser profeta para comprender en tiempo real lo difícil que sería volver al acuerdo y liberarlos. No hacía falta ser muy sabio para comprender que el acuerdo era fantástico para Israel y que, una vez reanudados los combates, Yahya Sinwar comprendería su error y no volvería a esos términos.

Ahora Hamás está haciendo circular informes inquietantes sobre rehenes con los que se ha perdido el contacto y rehenes que pueden haber sido alcanzados por ataques de las FDI.

En una combinación de arrogancia, frialdad y estupidez, Netanyahu renunció a la oportunidad de recuperar más rehenes -los ancianos sin duda y, según algunos rumores muy tenaces que han sido desmentidos oficialmente, también algunas mujeres que quedaban- por un día más de pausa y otros 30 prisioneros. Nada menos que una locura.

Todos los relacionados con esta decisión deberían agachar avergonzados la cabeza. El colmo del absurdo es que el mensaje que se vendió a la opinión pública era que a cambio de la liberación de los rehenes también permitiríamos la entrada en Gaza de ayuda humanitaria y combustible, pero que una vez finalizada la liberación de los rehenes continuaríamos con la «aplicación» de estas cláusulas.

Yocheved Lifshitz, liberada por Hamás tras 16 días de cautiverio, sostiene una foto de su marido, Oded Lifshitz, mientras asiste a una manifestación en Tel Aviv para pedir la liberación de los rehenes, el 9 de diciembre.

En otro extraño anuncio, el gabinete justificó la decisión de permitir la entrada de camiones con ayuda a través del paso fronterizo de Kerem Shalom alegando el compromiso con ese acuerdo, que, a esas alturas, hacía tiempo que había finalizado.

Es difícil pensar en un momento en que la añoranza de Shimon Peres o Yossi Beilin fuera más fuerte. La arena israelí carece de una figura política creativa que viaje a Egipto, Qatar, Arabia Saudí, salte entre Estados Unidos y Europa y se embarque en una iniciativa diplomática.

¿Cómo se crea un actor palestino independiente que esté dispuesto a asumir el control de parte del territorio? Israel necesita un liderazgo palestino legítimo que esté dispuesto a aceptar una presencia israelí en parte de Gaza a cambio de que se le conceda el control de los fondos de ayuda internacional, que esté de acuerdo en aceptar más poderes a medida que Israel se retira por etapas a cambio de pruebas de desmilitarización y rehabilitación de la Franja junto con una retirada de Hamás.

Israel, al parecer, está pasando a un plan menos ambicioso. En cualquier caso, en las próximas semanas, las FDI planean poner fin a la «fase de alta intensidad» de los combates y pasar a una de menor intensidad. No veremos la eliminación total de Hamás ahora mismo, pero con un poco de paciencia y dentro de uno o dos años veremos por fin la erradicación completa del movimiento.

¿En qué consiste exactamente esta fase de menor intensidad y puede conciliarse con la exigencia de Hamás de un alto el fuego permanente? Si en la siguiente fase Israel está dispuesto a retirar las fuerzas terrestres a un perímetro y realizar incursiones terrestres sin dejar de emplear la fuerza aérea, quizá haya base suficiente para la negociación.

Han pasado dos meses y medio, pero los justificados sentimientos de rabia siguen impidiendo incluso a las personas inteligentes y razonables comportarse racionalmente.

Ram Ben Barak sigue con la descabellada idea de la emigración palestina de Gaza, Giora Eiland ha escrito que el 90% de Gaza es de Hamás y que está justificado bloquear la entrada de alimentos y combustible en la Franja, mientras que Yair Golan dice que está bien matar de hambre a la población de Gaza. Nunca hemos tenido mayor necesidad de un liderazgo racional que pueda elevarse por encima de la rabia.

Provocar deliberadamente el fracaso de las negociaciones por los rehenes, con la increíble justificación de que estamos educando a la otra parte de cara a la próxima ronda de conversaciones, no parece estar funcionando.

 

Fuente: Haaretz
Traducido por: Comunidad Judía de Guayaquil



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