Leonard Bernstein (1918-1990), compositor, pianista y director de orquesta

En 1947, dirigió en Tel Aviv por primera vez, e inició una larga asociación con Israel.

Foto: Al Ravenna. Wikipedia – Dominio Público

En 1957, dirigió el concierto inaugural del Auditorium Mann en Tel Aviv; allí hizo muchas grabaciones. En 1967 dirigió un concierto en el Monte Scopus para conmemorar la reunificación de Jerusalén.

Célebre por haber dirigido la Orquesta Filarmónica de Nueva York, por sus Conciertos para jóvenes en la televisión entre 1958 y 1972 y por sus múltiples composiciones.

Entre ellas On the Waterfront (1954), West Side Story (1957), Candide (1956) y On the Town (1944). También fue una figura esencial en el resurgir moderno de la música de Gustav Mahler, el compositor que le interesaba más apasionadamente.

Bernstein nació en Lawrence, Massachusetts, en una familia judía procedente del óblast de Rivne, Ucrania. Su abuela insistió en que su primer nombre fuera Louis, pero sus padres siempre lo llamaron Leonard, que les gustaba más. Oficialmente se cambió el nombre a los dieciséis años. Su padre, Sam Bernstein, era un hombre de negocios, y en principio se opuso al interés de su hijo por la música. No obstante, lo llevó con frecuencia a conciertos. Siendo muy joven, escuchó una interpretación de piano y quedó inmediatamente cautivado, así que empezó a estudiar el instrumento. Estudió en la escuela Garrison y la Boston Latin School. Su padre rechazó pagarle las lecciones de piano, por lo que Bernstein se dedicó a enseñar a estudiantes jóvenes, empleando las ganancias en sus propias clases de piano.

Después de graduarse en la Boston Latin School en 1935, Bernstein acudió a la Universidad Harvard, donde estudió música con Walter Piston y se asoció brevemente con el club Harvard Glee. Al acabar sus estudios en Harvard (1939), ingresó en el Curtis Institute de Filadelfia, donde recibió la única nota de “A” (sobresaliente) que el director Fritz Reiner concedió nunca en sus clases de dirección; y en el verano, acudía al Berkshire Music Center (1940 y 1941). En esta época Bernstein también estudió piano con Isabelle Vengerova y Heinrich Gebhard.

Los primeros años de Leonard Bernstein en Nueva York estuvieron llenos de trabajo duro y mucho entrenamiento. Después de una larga lucha interna y un turbulento noviazgo en el que se comprometió y rompió el compromiso varias veces, se casó con la costarricense Felicia Montealegre el 9 de septiembre de 1951.

Juntos tuvieron tres hijos: Jamie, Alexander y Nina. Con el paso de los años, Bernstein reconoció su bisexualidad. En 1976, abandonó a Felicia para vivir con su compañero, Tom Cothran. Pero volvió con su mujer al año siguiente. A los pocos meses de reconciliarse, sin embargo, le diagnosticaron a Felicia un cáncer de pulmón. Murió un año después, en 1978. Algunos creen ver un cambio en la dirección orquestal de Bernstein después de la muerte de Felicia, más sombrío y pesado, con gestos exageradamente prolongados, aunque otros citan esto como ejemplo de la manera en que muchos artistas exageran su estilo original de dirigir la orquesta conforme se van haciendo mayores. Muchos críticos consideran que la dirección de Bernstein en la última parte de su carrera fue la mejor de todas.

Fue muy conocido como director de orquesta, compositor (sin parentesco alguno con el compositor de bandas sonoras Elmer Bernstein), pianista y educador. Fue probablemente el director de orquesta más famoso en los Estados Unidos durante muchos años, debido a su larga permanencia como director titular de la Orquesta Filarmónica de Nueva York, desde 1944. Dirigió muchas otras orquestas de las más destacadas del mundo. Compuso tres sinfonías, dos óperas, una misa, cinco musicales (entre los que destaca por su popularidad West Side Story), y muchas otras piezas. Siguió diversos estilos: atonalidad, dodecafonismo, jazz, entre otros.

En 1940, comenzó a estudiar en el instituto de verano de la Orquesta Sinfónica de Boston, en Tanglewood, con el director de orquesta Serge Koussevitzki. Bernstein se hizo después asistente de dirección de Koussevitzki.​ Más tarde le dedicó su Sinfonía nº 2 a Koussevitzki.

Fue nombrado director sustituto de la Orquesta Filarmónica de Nueva York cuando, el 14 de noviembre de 1943, hizo su debut al enfermar Bruno Walter. Tuvo un éxito inmediato y se hizo famoso puesto que el concierto se retransmitió a todo el país. El solista ese día histórico fue Joseph Schuster, violonchelista, que interpretó Don Quijote, de Richard Strauss. Como Bernstein no había dirigido nunca esta obra, Bruno Walter ensayó con él antes del concierto.

Después de la Segunda Guerra Mundial, la carrera de Bernstein empezó a desarrollarse internacionalmente. En 1949 dirigió el estreno mundial de la Sinfonía Turangalila, de Olivier Messiaen. Después de la muerte de Serge Koussevitzky en 1951, Bernstein asumió durante muchos años la jefatura de los departamentos orquestal y de dirección de Tanglewood. Fue nombrado director titular de la Filarmónica de Nueva York desde 1958 hasta 1969. Hasta 1990 fue nombrado director laureado, y dirigió la orquesta hasta cinco días antes de su muerte. Se convirtió en una figura muy conocida en los Estados Unidos por una serie de cincuenta y tres programas titulado Conciertos para jóvenes, que se televisaron a través de la CBS, en la que comentaba las obras que después interpretaba. Algunas de sus lecciones musicales se han divulgado en disco, junto a otras grabaciones premiadas con los Grammy. Hasta hoy, estos Conciertos para jóvenes se mantienen como el programa de música clásica que más ha durado en una televisión comercial: se emitieron desde 1958 hasta 1972. Más de treinta años después, se repusieron 25 de estos programas en el canal de cable Trio y se comercializaron en DVD.

Dentro del género operístico, dirigió el estreno estadounidense de Peter Grimes (1946). En La Scala de Milán dirigió a Maria Callas en Medea, de Cherubini, y La sonnambula, de Bellini. También dirigió Tristán e Isolda en Múnich. En 1966 debutó en la Ópera estatal de Viena dirigiendo Falstaff, de Verdi, con producción de Luchino Visconti y Dietrich Fischer-Dieskau como Falstaff. En 1970 volvió a esa ópera para la producción que hizo Otto Schenk de la ópera de Beethoven Fidelio. En 1986 dirigió su propia obra: A Quiet Place. Se despidió de la ópera de manera accidental en 1989: después de una representación de la Jovánschina, de Músorgski, de repente entró en el escenario y abrazó al director de orquesta Claudio Abbado en frente de una audiencia sorprendida, pero divertida.

Desde 1970, Bernstein dirigió en muchas ocasiones a la Orquesta Filarmónica de Viena, y con esta orquesta grabó muchas de las obras que ya había registrado antes con la Filarmónica de Nueva York, entre ellas la grabación integral de las sinfonías de Beethoven, de Mahler, de Brahms y de Schumann. Le escogieron en 1973 para la Charles Eliot Norton Chair en la Universidad de Harvard, con el fin de que impartiera una serie de seis clases sobre música. Tomando el título de una obra de Charles Ives, llamó a esta serie de conferencias The Unanswered Question (La pregunta sin respuesta), y en ellas analizó la evolución de la música clásica occidental hasta ese momento. Estas clases pueden verse hoy en libro y en varios DVD.

Recibió el premio del Kennedy Center en 1980.

En la cadena PBS, en los años 1980, fue el director de orquesta y comentarista de una serie especial sobre la música de Beethoven, que presentaba a la orquesta Filarmónica de Viena interpretando las nueve sinfonías de Beethoven, varias de sus oberturas y la Missa Solemnis. El actor Maximilian Schell también aparecía en el programa, leyendo algunas cartas de Beethoven.

El día de Navidad de 1989, Bernstein dirigió la Novena Sinfonía de Beethoven en el Konzerthaus de Berlín Este como parte de una celebración por la caída del Muro de Berlín. El concierto fue retransmitido en directo para más de veinte países, con una audiencia estimada de cien millones de personas. Para la ocasión, Bernstein parafraseó el texto de la Oda a la alegría, de Friedrich Schiller, diciendo “libertad” (“Freiheit”) en lugar de “alegría” (“Freude”). “Estoy seguro de que Beethoven nos hubiera dado su consentimiento”, afirmó Bernstein.

Bernstein era muy gestual y extrovertido, hasta el punto de haber visto criticados sus gestos exagerados. No obstante, fue un director bien considerado y querido por los músicos, en particular los miembros de la Orquesta Filarmónica de Viena y la Orquesta Filarmónica de Israel, de la que fue un frecuente director invitado. Se le consideró particularmente adecuado para dirigir las obras de Gustav Mahler, Aaron Copland, Johannes Brahms, Dmitri Shostakóvich, George Gershwin (especialmente Rhapsody in Blue y Un americano en París), y con representaciones de sus propias obras (aunque nunca dirigió representaciones del Concierto para piano en fa, de Gershwin, ni de Porgy and Bess). Tenía la capacidad de ensayar toda una sinfonía de Mahler interpretando cada frase para la orquesta para expresar el significado preciso, y de emitir una manifestación vocal del efecto requerido, con un sutil oído perfecto para el que nada pasaba inadvertido.

En abril de 1990 produjo un concierto en una antiquísima iglesia de la frontera bávaro-checa (Waldsassen Kirche) que fue grabado y difundido en formato DVD. El propio Bernstein hace una apología en sus comentarios introductorios al material, lo que él llamó “una nueva era sin fronteras entre las naciones de Europa” con motivo a la caída del Muro de Berlín. El emotivo concierto contó con la participación de destacadas personalidades, entre ellas la eminentísima soprano estadounidense Arleen Augér (fallecida poco tiempo después), la mezzo-soprano Frederica von Stade, el tenor Frank Lopardo y el bajo Cornelius Hauptmann, acompañados por el Coro y Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera. El programa del concierto estuvo conformado por el Ave verum corpus, el motete Exsultate, jubilate, magistralente interpretado por Arleen Augér, y la Gran misa en do menor, todas estas obras de Mozart.

Bernstein dirigió su última representación en Tanglewood el 19 de agosto de 1990 con la Orquesta Sinfónica de Boston, con la que interpretó Four Sea Interludes, de Britten, y la Séptima Sinfonía de Beethoven. Fumador durante muchos años, combatió un enfisema desde su juventud; sufrió un ataque de tos en mitad de una interpretación de Beethoven que casi suspendió el concierto. Leonard Bernstein murió el 14 de octubre de 1990, cinco días después de anunciar su retirada, como consecuencia de un infarto de miocardio. El día de su funeral, en la comitiva a lo largo de las calles de Manhattan, los obreros de la construcción se quitaron los cascos y saludaron al tiempo que gritaban “Goodbye, Lenny”. Bernstein está enterrado en el cementerio de Green-Wood de Brooklyn, Nueva York.

 

Fuente: Aurora Digital



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