En un discurso por televisión, Netanyahu defendió la reforma judicial a pesar de las protestas

El primer ministro también acusó a la oposición de querer derrocar al gobierno.


Benjamíin Netanyahu Foto: Kobi Gideon GPO vía Flickr

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aseguró que la reforma judicial que impulsa su gobierno “fortalecerá la democracia”, mientras la Knéset (Parlamento israel) ultima la ley que anula la doctrina de la razonabilidad, que permitía al Supremo revisar y revocar decisiones gubernamentales, la primera de ese paquete legislativo que se aprobará de forma definitiva, previsiblemente la semana que viene.

«Hay diferencias entre nosotros, hay quienes quieren derrocar al gobierno sin nada que ver con la reforma. Quiero asegurarles: Israel seguirá siendo democrático y liberal. No se convertirá en un estado halajá (ley judía) y protegerá los derechos de todos», afirmó Netanyahu en un discurso televisado a la ciudadanía.

La alocución se produce en un momento en el que las protestas ciudadanas en todo Israel contra la reforma se han reactivado, después de que el diálogo que se abriera en marzo entre gobierno y oposición para lograr un consenso se rompieran en junio y la coalición anunciara su intención de seguir adelante unilateralmente con ese plan.

La Knéset, controlada por los partidos de la coalición, acordó ayer celebrar una sesión plenaria extraordinaria el domingo, cuando el pleno no acostumbra a reunirse, para votar el segunda y tercera lectura el proyecto de ley sobre la razonabilidad, que será la primera ley de la reforma judicial que sale adelante después de casi siete meses de polémica y división social en torno a ella.

Netanyahu culpó a la oposición de la ruptura del diálogo e indicó que en tres meses de diálogo rechazaron «todas las ofertas de la coalición», debido a la presión del movimiento de protestas -que ha construido las mayores manifestaciones de la historia de Israel durante más de seis meses-, que «quieren derrocar al gobierno sin conexión con la reforma».

Según el primer ministro, los partidos de la oposición, encabezados por Yair Lapid y Benny Gantz, no se contentaron tampoco cuando el gobierno «suavizó la reforma», en referencia a los cambios incluidos en marzo proyecto de ley que modifica la composición del comité que selecciona a los jueces, aunque mantenía el control mayoritario del Ejecutivo.

Esta ley no llegó a aprobarse de forma definitiva porque Netanyahu congeló la tramitación de la reforma a finales de marzo acorralado por las protestas ciudadanas masivas y la convocatoria de una huelga general, por lo que el movimiento contra la reforma está presionando mucho en la última semana a Histadrut, principal sindicato de Israel, para que convoque otra huelga general, como hicieron entonces.

De hecho, Netanyahu se reunió esta tarde, horas antes de su discurso, con el presidente de esa federación nacional de sindicatos, Arnon Bar-David y con el jefe de la patronal, Dubi Amitai, a los que destacó su intención de «seguir trabajando hacia el diálogo y el consenso sobre la reforma judicial», según un escueto comunicado de su oficina.

«Este es un intento de asustarlos sin razón», indicó sobre la postura de la oposición y el movimiento de protesta, que aglutina sectores muy diversos desde magistrados, académicos, médicos, colectivos LGTBI, el sector de la alta tecnología, e incluso reservistas de las Fuerzas Armadas.

«Lo que sí pondrá en peligro la democracia es la negativa a presentarse para el servicio militar de reserva, como muchos han amenazado si se aprueba el proyecto de ley», afirmó Netanyahu sobre la postura de más de 4.000 reservistas, algunos de unidades de élite, y más de 160 pilotos de la fuerza aérea, que han anunciado su intención de no presentarse a servicio.

Los organizadores de las protestas rechazaron las palabras de Netanyahu como «un discurso lleno de mentiras e incitación» y le acusaron de «elegir instaurar una dictadura». «Es el momento de los ciudadanos de salir a resistir», agregaron.

«Netanyahu está hablando de la necesidad de unificar la nación pero nos está empujando a una crisis histórica sin precedentes, al borde de la guerra civil», lamentó desde la oposición el partido de centro-derecha Unidad Nacional, liderado por Gantz.

 

Fuente: Aurora Digital



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