El escándalo de los pasaportes llena de furia a la comunidad judía de Oporto

Un tribunal portugués desestimó las acusaciones contra varios dirigentes judíos locales, y la polémica en torno a la concesión de los derechos de ciudadanía quedó en nada. Sin embargo, los miembros de la comunidad siguen esperando una disculpa: «Las autoridades portuguesas llevaron a cabo un ataque antisemita de estilo soviético contra nosotros», aseguran.

La comunidad judía de Oporto experimentó un periodo de renacimiento en la última década. Está formada por unas 1.000 personas procedentes de más de 30 países que se han asentado en la segunda ciudad más grande de Portugal, un país con una larga historia de persecución de judíos.

En la ciudad hay tres sinagogas, un museo del Holocausto, un museo judío y un hotel y restaurante kosher. Sin embargo, en el último año, una nube oscura se ha cernido sobre todo esto, amenazando con empañar a la comunidad.


El jefe de la comunidad judía de Oporto, Gabriel Senderowicz.
(EJA)

 «Nos sentimos como si la Inquisición hubiera vuelto después de 500 años, y las autoridades portuguesas llevaron a cabo un ataque antisemita de estilo soviético contra nosotros»

Gabriel Senderowicz, jefe de la comunidad judía de Oporto

En marzo de 2022, la policía portuguesa llevó a cabo un agresivo registro en la principal sinagoga de la comunidad. Dos semanas después, tras la publicación en los medios del llamado «escándalo de los pasaportes», el rabino de la comunidad, Daniel Litvak, fue detenido en el aeropuerto de Oporto cuando se dirigía a Israel.

Se sospechaba que había concedido aprobaciones de ciudadanía portuguesa en violación de la ley, amparándose en la «Ley española», que permitía a los descendientes de los expulsados de España y Portugal obtener el pasaporte portugues.

Tras su puesta en libertad, al rabino Litvak se le confiscó el pasaporte y se le obligó a presentarse tres veces por semana en la comisaría de policía más cercana y se le prohibió salir del país durante seis meses.

En septiembre de 2022, el Tribunal de Apelación de Lisboa revocó las condiciones restrictivas impuestas al rabino y criticó duramente a la fiscalía. «No hay ni una sola prueba que apoye la afirmación de que los funcionarios disfrutaban de vínculos privilegiados con el rabino», escribieron los jueces en su sentencia.

Cuando estalló el escándalo, los medios de comunicación portugueses lo «celebraron» y acusaron a la comunidad judía de Oporto de vender certificados de afiliación a la comunidad judía española a cambio de dinero, permitiendo así a oligarcas rusos y ucranianos obtener la ciudadanía portuguesa.

El caso más destacado fue el del multimillonario Roman Abramovich, que no se enfrentó a cargos penales. Incluso el personaje mediático judío-francés Patrick Drahi obtuvo la ciudadanía portuguesa de la comunidad judía de Lisboa, y también en este caso surgieron acusaciones de soborno, pero finalmente no llegaron a nada.


Roman Abramovich. (Reuters)

 Sin embargo, el daño a la comunidad judía de Oporto está hecho. El frenesí mediático, parlamentario y empresarial en torno al escándalo condujo a la derogación efectiva de la «Ley española» en el país, a partir del 1 de septiembre de 2022.

Los nuevos requisitos para obtener la ciudadanía portuguesa son ahora mucho más estrictos e incluyen aportar pruebas fehacientes de una conexión de larga data con el país, como residir en Portugal durante muchos años o poseer propiedades históricas y de larga data.

Como parte de sus esfuerzos para combatir el antisemitismo, la comunidad judía de Oporto produjo un largometraje titulado 1618 sobre la historia de la Inquisición en la ciudad. Gabriel Senderowicz, jefe de la comunidad judía de la ciudad, reflexionó sobre cómo capear el temporal. «Nos sentimos como si la Inquisición hubiera vuelto después de 500 años, y las autoridades portuguesas llevaron a cabo un ataque antisemita de estilo soviético contra nosotros», afirmó.

Desde la detención del rabino Litvak, representantes de la comunidad judía de Oporto se han dirigido a la Unión Europea, al presidente de Portugal, instándoles a condenar lo que han definido como «acciones antisemitas» llevadas a cabo contra ellos y a ayudarles a «limpiar los nombres de la comunidad, sus líderes y sus fundadores».

A día de hoy, nadie ha pedido disculpas a la comunidad.


Sinagoga Makor Haim de Oporto.  
(CJP)

 La historia de la comunidad judía de Oporto se remonta a siglos atrás. Hace unos 500 años, la comunidad fue expulsada de la ciudad, sólo cuatro años después de la expulsión de España. Durante cientos de años, no hubo judíos en Oporto, salvo un pequeño grupo que vivía escondido.

Tras la abolición de la Inquisición en 1821, los judíos comenzaron a regresar. Decenas regresaron a Portugal desde Marruecos, Gibraltar y Turquía. A principios del siglo XX vivían en Oporto 80 judíos asquenazíes. La sinagoga Kadoorie de la ciudad se fundó en 1938 y permaneció casi vacía.

A partir de 2010, la comunidad experimentó una transformación. Se renovó la sinagoga, se creó un restaurante kosher e incluso se construyó un hotel. Judíos de decenas de países empezaron a llegar a la ciudad.

«La comunidad renació», contó Senderowicz, «creció y creamos una fuerte unidad y para 2015, la sinagoga era muy activa», agregó.

Dos factores permitieron a la comunidad crecer y prosperar. El primero fue la llegada de estudiantes judíos de Francia. La comunidad firmó un acuerdo con la Universidad de Oporto, que permitía a los estudiantes judíos de Francia estudiar odontología en la ciudad, ya que para ellos era todo un reto ser aceptados en Francia.

El programa tuvo mucho éxito, y actualmente hay 400 estudiantes judíos estudiando en Oporto. La sinagoga se llenó y, en Yom Kippur, unas 700 personas, entre ellas 200 jóvenes, asisten a un acto multitudinario y comunitario, que atrae también a judíos de otras comunidades de Europa.


Adoradores en la sinagoga de Oporto. 
(CJP)

 El segundo factor que impulsó a la comunidad es la ley que permite a los descendientes de judíos sefardíes obtener la ciudadanía portuguesa. La idea original era atraer a Portugal a judíos ricos e inversiones extranjeras.

La ley tuvo mucho éxito y atrajo a Portugal a judíos extremadamente acaudalados, como Patrick Drahi, que adquirió la mayor empresa de comunicaciones del país.

El rumbo parecía positivo hasta marzo de 2022, cuando la policía hizo una redada en la sinagoga de Oporto y detuvo al rabino Litvak.

«La policía alegó que el rabino actuó en connivencia con funcionarios para conceder la ciudadanía portuguesa a una línea de judíos ricos, pero eran falsedades porque él no conocía a los funcionarios y no hablaba portugués», explicó Senderowicz.

«Difundieron noticias falsas contra la comunidad en medios de comunicación portugueses. Crearon una narrativa contra Roman Abramovich acusándole de corrupción. La verdad es que estaban alarmados por el regreso de los judíos y su éxito. La comunidad judía de Oporto representaba la realidad que ellos desprecian», agregó.

«El plan para atacarnos era sencillo. Afirmaron que Abramovich obtuvo la aprobación judía mediante trucos de Wikipedia y sobornó a la comunidad», añadió Senderowicz.

«Al final, resultaron ser tasas administrativas regulares de 250 euros que toda persona que solicita la ciudadanía portuguesa debe pagar», sostuvo.

«Los portugueses aprovecharon el conflicto en Ucrania para difundir mentiras sobre Abramovich. Irrumpieron en la sinagoga y en las casas de los líderes de la comunidad. Acusaron a la comunidad de corrupción. Estas acciones contra nosotros se basaron en acusaciones falsas y fake news», manifestó.


Museo del Holocausto en Oporto.
(Eli Mandelbaum)

 En los últimos siete años, desde la entrada en vigor de la ley en 2015, la comunidad judía de Oporto ha aprobado 100.000 solicitudes, todas ellas de judíos, en su gran mayoría israelíes.

Durante el mismo periodo, la comunidad de Lisboa aprobó 40.000 solicitudes, muchas de las cuales no eran de judíos propiamente dichos, sino de descendientes de judíos que fueron expulsados de Portugal hace siglos y se establecieron en otros países.

«Había días en que recibíamos entre 600 y 700 correos electrónicos de judíos que solicitaban autorizaciones. Así ha sido durante siete años», recordó Senderowicz. «Algunos de los legisladores que iniciaron esta ley se arrepintieron. Al principio, tenían la idea romántica de que vendrían judíos ricos. Pero cuando la comunidad creó un museo del Holocausto, construyó nuevas sinagogas, abrió restaurantes kosher y estableció una red benéfica local, que dio lugar a la producción de películas históricas e incluso trajo a miles de jóvenes portugueses de visita, eso les enfureció», agregó.

«Tras la investigación policial, hubo un aumento del antisemitismo en las redes sociales, y es descorazonador. Queríamos traer inversiones a Portugal, y nos retrataron como gente que vende el país por dinero», denunció.

Además, el líder judío explicó que «los medios de comunicación locales fueron los peores. Mencionaron al ex director del Mossad, Tamir Pardo, que solicitó la ciudadanía portuguesa, y lo acusaron de estar implicado en el narcotráfico: una completa mentira».


Museo del Holocausto en Oporto.  
(Eli Mandelbaum)

 Pardo es el presidente de Cann10, una empresa que fabrica productos de cannabis medicinal y recibió la aprobación para su cultivo en Portugal, lo que dio lugar a falsas acusaciones de tráfico ilegal de drogas.

«La investigación obedeció a motivos antisemitas», afirmó Senderowicz. «No les gusta el éxito judío en Portugal. Por un lado, hay miembros ricos de la comunidad que han invertido miles de millones en Portugal y, por otro, nos acusan de utilizar los fondos de los solicitantes de la ciudadanía para enriquecer a la comunidad judía y lo tachan de explotación. No les gusta la vida judía. Es un problema que existe desde hace cientos de años, no sólo en Portugal, sino en toda Europa», sostuvo.

«Fuimos el blanco del gobierno. Nadie nos protegió porque es muy fácil destruir una organización judía. Éramos presa fácil. Bastaba con mencionar la palabra ‘corrupción’. La policía hizo una redada en el museo judío y en las oficinas de la comunidad, confiscando millones de documentos sin ninguna razón válida, que recordaba a los oscuros días de la Inquisición», remarcó.

Desde su punto de vista, ¿ha quedado atrás el calvario?

«El tribunal dictaminó que no hay pruebas. Desde nuestro punto de vista, el calvario ha terminado. Abramovich demostró que sus antepasados eran judíos sefardíes con raíces portuguesas. Acusamos al gobierno y a los medios de comunicación de corrupción. Intentaron destruir a la comunidad más fuerte de Portugal. Ahora les demandamos ante los tribunales».

El tribunal desestima todos los cargos


Pasaporte portugués.
(Shutterstock)

 Los líderes de la comunidad están descorazonados por el hecho de que ni el Estado de Israel ni el mundo judío salieran en su defensa.

«El mundo judío nos ha decepcionado. Sólo la Asociación Judía Europea (EJA) y el presidente [Isaac] Herzog nos apoyaron. También estamos decepcionados con el gobierno israelí y la embajada israelí en Lisboa por no hacer nada para ayudarnos», comentó el líder judío.

«Asignamos más de 400.000 euros a la embajada israelí en Lisboa para actos culturales y celebraciones del Día de la Independencia con el fin de crear una mejor imagen de Israel en Portugal, y sin embargo, cuando se produjo el incidente, guardaron silencio y no ofrecieron ninguna ayuda para impedir un intento de destruir a la comunidad. La embajada argentina en el país nos apoyó y prestó ayuda sustancial al rabino Litvak semanalmente debido a su origen argentino», agregó.

Los líderes de la comunidad añaden, con dolor: «Nadie se ha disculpado con nosotros. Al final, prevaleceremos. Puede que seamos pocos, pero prevaleceremos. No tenemos miedo de nadie. Si nuestro rabino fuera corrupto, lo destituiríamos, pero no han presentado ni una sola prueba. Dejamos de emitir autorizaciones durante todo un año. La mejor prueba de que toda la investigación era mentira es que se olvidaron de Abramovich».

El abogado David Garrett, miembro del Consejo de Asuntos Jurídicos de la Comunidad Judía de Oporto, subrayó que «es importante entender que toda la investigación contra la comunidad judía de Oporto se basó en acusaciones anónimas, y que fue llevada a cabo por la policía de Lisboa, a pesar de que la policía de Oporto declaró que no hay pruebas para la investigación y que todo se basa en acusaciones falsas».

Garrett prometió que la comunidad judía de Oporto presentará demandas por difamación contra cualquiera que haya impulsado acusaciones falsas y también contra los que iniciaron la investigación en Lisboa.


Líderes de la comunidad judía de Oporto

La comunidad judía de Oporto inauguró recientemente su nuevo cementerio. El anterior cementerio de la comunidad fue destruido en 1497 a raíz de un decreto que prohibía la práctica del judaísmo en Portugal.


Sinagoga Makor Haim de Oporto. (Eli Mandelbaum)

«No olvidamos que en el pasado todas nuestras propiedades y casas fueron saqueadas, e incluso el cementerio fue demolido», dijo Asaf Portal, uno de los rabinos de Oporto.

El nuevo cementerio se llama «Campo de la Igualdad en honor de Isaac Aboab». Aboab, conocido como el «último gaón de Castilla», vivió sus últimos días en Oporto tras la expulsión de los judíos de España.

«Desgraciadamente, ni siquiera sabemos dónde está enterrado el último gaón, debido a la persecución y al borrado de todo rastro de la comunidad judía de aquella época», subrayó el rabino Daniel Litvak.

El hermoso cementerio está enclavado entre árboles, césped y un lago. Era imposible establecer un cementerio privado en un lugar tranquilo y discreto de Oporto. La comunidad decidió comprar un terreno fuera de la ciudad, en un lugar tranquilo de la localidad de Maia, a varios kilómetros de Oporto.

Como testimonio de la fuerza de la comunidad judía de Oporto, recientemente acogió la conferencia anual de la Asociación Judía Europea (EJA) en colaboración con la Organización Sionista Mundial. A la conferencia asistieron unos 150 líderes comunitarios y organizaciones judías de toda Europa, así como parlamentarios de países europeos, incluida la Unión Europea.

 Nuevo cementerio judío en Oporto. (CIP/CJP)

 Durante los dos días que duró la conferencia, los líderes judíos debatieron sobre el preocupante aumento del antisemitismo tanto de derechas como de izquierdas en todo el continente, la libertad religiosa de los judíos europeos frente a los intentos de prohibir prácticas judías como el sacrificio ritual y la circuncisión, y la puesta en marcha de programas nacionales de lucha contra el antisemitismo en varios países.

 

Fuente: Ynet Español



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