06 Jun Un grupo extremista judío busca construir un nuevo Templo Sagrado
Con vacas de sacrificio, himnos antiguos y un apoyo cada vez mayor, judíos nacionalistas esperan reconstruir el Templo Sagrado en la Ciudad Vieja de Jerusalem, en un lugar que se encuentra en el centro de las tensiones con los palestinos.
En las afueras de Tel Aviv, un grupo de coristas se prepara para el momento en que celebrarán la reconstrucción del Templo Sagrado de Jerusalem unos 2.000 años después de su destrucción, algo que, según sus creencias, acelerará la llegada del Mesías.
Los miembros de este grupo judío ortodoxo afirman ser descendientes de la tribu bíblica de Leví, que interpretaba himnos y música en ese lugar sagrado.
El grupo coral Temple Insitute busca construir el Tercer Templo judío en Jerusalem Este.
(Jack Guez)
«Cuando se construya el Templo, pediremos a los levitas que vengan a cantar y no sabrán hacerlo. Tienen que aprender», aseguró Menahem Rozenthal, director del coro -solo de hombres- creado por el Instituto del Templo.
Fundado en 1987, el instituto tiene de objetivo reconstruir el Templo, formando a coros y clérigos, y fabricando objetos necesarios para su uso en los ritos.
Mientras que aprendices de coristas llegan de todo Israel para profundizar en la colección de himnos antiguos, el Instituto del Templo ha fabricado todos los objetos considerados necesarios para los ritos judíos según las instrucciones rabínicas.
Entre ellos, túnicas sacerdotales, moldes para hornear pan, incensarios e instrumentos musicales.
Ensayo de la ceremonia del sacrificio de Pascua celebrada por los fieles del Monte del Templo y los activistas del Templo. (Eitan Elhadez)
Sólo es cuestión de tiempo
Estos fanáticos tienen la mira puesta en el gran complejo arbolado situado en el corazón de la Ciudad Vieja de Jerusalem. Los que pretenden reconstruir el Templo recuerdan el antiguo lugar de culto, destruido hacia el año 70 d.C. durante la época romana.
Según la tradición judía, el Primer Templo fue demolido en 586 a.C. por el entonces gobernante Nabucodonosor II en el mismo lugar.
Para Haim Berkovits, defensor del Tercer Templo desde hace cincuenta años, «se puede decir lo que se quiera (sobre la presencia musulmana en el complejo), pero este era el lugar para los judíos».
«El culto judío en el futuro templo es cuestión de tiempo», advirtió Haim.
Musulmanes rezan en la mezquita de Al Aqsa. (Reuters)
Berkovits forma parte de «Construir Israel», organización religiosa de extrema derecha que, según su sitio web, trabaja para «acercar la redención».
Para acelerar su ansiada redención, la organización importó en 2022 cinco novillas rojas -una especie extremadamente rara- de Estados Unidos.
El plan consiste en sacrificarlas y mezclar las cenizas con agua, una mezcla prohibida por la Biblia, que se utilizará para cepillar a personas consideradas impuras -por ejemplo, quienes hayan tenido contacto con un cadáver- antes de subir al Tercer Templo.
Las raras vacas son cruciales, porque la imposibilidad de realizar este ritual es parte de la oposición de las autoridades rabínicas israelíes a las visitas judías al Monte del Templo.
El «regreso de los animales es un signo mesiánico», afirmó Berkovits en una granja del norte de Israel donde son inspeccionadas por veterinarios y rabinos para asegurarse de que todos y cada uno de sus pelos sean rojos.
«Las mimamos y las guardamos para el momento oportuno», añadió.
Palestinos arrojan piedras a la policía en el complejo de la mezquita de Al Aqsa. (AFP)
Ideología extendida a nivel político
Berkovits manifestó que Construir Israel ya ha adquirido terrenos en el Monte de los Olivos, al este de Jerusalem, para que los animales puedan ser quemados frente al Monte del Templo.
Para Yizhar Beer, director del Centro para la Protección de la Democracia en Israel, estos «amantes del Tercer Templo» no son en absoluto marginales.
De unas pocas docenas de adeptos hace dos décadas, su ideología «se ha extendido al centro del nivel político: al parlamento y al gobierno», según Beer.
Desde diciembre, Netanyahu dirige un gobierno junto a ministros de extrema derecha que abogan por imponer la soberanía israelí en el recinto donde su ubica la mezquita de Al Aqsa. Hoy en día, ese lugar está administrado por el Waqf, el consejo de asuntos islámicos de Jordania, cuyas fuerzas fueron expulsadas del este de Jerusalem en la Guerra de los Seis Días de 1967.
Desafiando la prohibición de algunos altos rabinos, unos 50.000 judíos «ascendieron al Monte del Templo» el año pasado, según una organización nacionalista israelí que lleva el nombre hebreo del lugar, Har Habayit.
Itamar Ben-Gvir en el recinto del Monte del Templo. (Cortesía)
Entre los visitantes judíos se encuentra Itamar Ben-Gvir, que también ha pisado la ciudad en dos ocasiones este año desde que es ministro de Seguridad Nacional de Israel.
Las Naciones Unidas, Estados Unidos y la Unión Europea han presionado en los últimos meses para que se respete el statu quo en los lugares santos de Jerusalem y los palestinos tachan de «amenaza» e intento de «judaización» las visitas de judíos al recinto sagrado, donde sólo pueden rezar los musulmanes.
Una «bomba atómica» política
El recinto es un punto de tensiones en el conflicto palestino-israelí, y cualquier visita judía tiene el potencial de convertirse en «una bomba atómica», advirtió Beer. «Una combinación de religión y política… esto es un reactor nuclear, así que una explosión allí lo hace volar todo por los aires», planteó.
La comunidad internacional nunca ha reconocido la anexión israelí de Jerusalem Este, y lo considera territorio palestino ocupado.
Seguridad en el Monte del Templo. (Shalev Shalom)
Para Yitzchak Reuven, responsable de comunicación del Instituto del Templo, «la polémica la suscitan los palestinos, que la utilizan por motivos nacionalistas». «No es realmente una cuestión musulmana», manifestó.
Yitzchak Reuven, director del Departamento Internacional del Instituto del Templo Sagrado. (Temple Institute)
Reuven no especificó qué sería de la mezquita de Al-Aqsa, una anomalía notable en los planes detallados de las organizaciones centradas en el Tercer Templo. Sin embargo, estos grupos afirman que sería imposible construir el lugar sagrado judío en otro lugar que no fuera el recinto de la mezquita.
«Ese es el lugar que Dios eligió», comentó Reuven. «Es un sueño, pero el regreso de los judíos a Israel también era un sueño, y se hizo realidad», cerró.
Fuente: Ynet Español