Febrero 15 del 2023

El Día de San Valentín fue testigo de un horrible asesinato en masa de los judíos de Estrasburgo

La mayoría de la gente asocia el 14 de febrero con el día del amor y la amistad. Sin embargo, hace cientos de años, el día de San Valentín fue testigo de un horrible asesinato en masa cuando 2.000 judíos fueron quemados vivos en la ciudad francesa de Estrasburgo.

Pero veamos primero el origen de esta celebración. En el siglo III, en Roma, el emperador Claudio había decidido prohibir los matrimonios entre gente joven, porque decía que, si los jóvenes permanecían solteros, entonces obtendrían mejores resultados como soldados, sin tener responsabilidades con familiares. Pero hubo un médico y sacerdote llamado Valentín que, se dedicaba a casar a las parejas en secreto, y al ser descubierto, lo martirizaron y luego mataron. Siglos más tarde, en el año 496, el papa Gelasio I instauró en recuerdo de ese sacerdote, el día 14 de febrero como día de celebración de “San Valentín”. Corría el año 1349 y la peste bubónica, también conocida como la Peste Negra, se había extendido por toda Europa, acabando con la vida de millones de personas entre 1348 y 1349. Se calcula que el 60% de la población europea murieron a causa de esa peste. Por lo que la gente aterrorizada, buscaban a alguien a quien culpar. Por su puesto, los judíos eran una elección natural y resultaron ser el chivo expiatorio perfecto, inculpados de propagar deliberadamente la peste para acabar con los cristianos. Entonces los acusaron de haber envenenado los arroyos y pozos de agua, e incluso hasta el aire, para aniquilar a los cristianos.

Aunque era evidente que los judíos también se enfermaban y morían, no obstante en menos proporción, debido a las leyes de higiene que nos dicta la Tora, como el baño ritual “Mikve” para mujeres y hombres, y la obligación de lavarse las manos “Netilat Yadaim” al levantarnos y al salir del baño. Sin embargo, aun así, se los acusaban de propagar deliberadamente la enfermedad para dañar a los cristianos. Eso provoco que, más de 300 comunidades judías fuera atacadas indiscriminadamente por multitudes. Entonces, el emperador del Sacro Imperio Romano, Carlos IV, promulgó un edicto por el cual todas las propiedades de los judíos asesinados por su supuesta implicación en la propagación de la plaga podían ser confiscadas por sus vecinos cristianos con total impunidad. Con este incentivo financiero para matar judíos, los ataques se intensificaron aún más. Solo la ciudad de Estrasburgo, que contaba con una gran comunidad hebrea, protegió a sus ciudadanos judíos, aunque el ambiente en Estrasburgo ya era muy tenso. La peste negra aún no había llegado a la ciudad, pero los ciudadanos esperaban ansiosos el primer caso de víctimas que murieran algún día, para poder acusar a los judíos. Finalmente, el 10 de febrero de 1349, los ciudadanos se sublevaron y derrocaron al gobierno de Estrasburgo.

Liderados por los gremios de los carniceros y sastres, que habían tomado el gobierno, financiados por nobles locales que odiaban a los judíos, esperaban apoderarse de las propiedades de los hebreos. Entonces, el viernes 13 de febrero de 1349, mientras las familias se estaban preparando para celebrar el Shabat, un grupo de hombres enardecidos entraron al barrio judío y los sacaron a todos de sus casas. Mujeres, niños y hombres fueron arrastrados, y encerrados en calabozos, acusados de asesinato. Se les dijo que cualquiera que estuviera dispuesto a convertirse al cristianismo se salvaría. Mientras los aterrorizados judíos esperaban su destino, los nuevos líderes de la ciudad estaban construyendo dentro del cementerio judío, una enorme plataforma de madera para albergar a miles de personas. Para los ciudadanos cristianos de Estrasburgo, el día siguiente era el 14 de febrero, el día de San Valentín, fecha en la que ejecutarían a toda la población judía de Estrasburgo. En la mañana del 14 de febrero, una impaciente multitud se agolpaba en la plaza de la ciudad para presenciar las horribles ejecuciones. Mientras, en los calabozos los niños más pequeños fueron arrancados de los brazos de sus padres para ser bautizados y criados como cristianos.

Un sacerdote y cronista de la ciudad, de nombre Jakob Von Konigshofen, fue un testigo presencial de todo lo sucedido y pudo registrar la espeluznante masacre: “Quemaron a los judíos en una plataforma de madera en su cementerio, donde había alrededor de dos mil de ellos. A medida que la enorme estructura de madera se consumía, 2000 mil judíos fueron quemados vivos lentamente. Después, la gente del pueblo revisaba entre las cenizas humeantes, no para buscar sobrevivientes, sino buscando objetos de valor.

Luego, el gobierno tomó el efectivo que poseían los judíos y lo dividió entre los trabajadores. El dinero fue de hecho lo que mató a los judíos. Si hubieran sido pobres y si los señores feudales no hubieran estado endeudados, los judíos no habrían sido quemados. Sin embargo, ni el gobierno, ni los ciudadanos de Estrasburgo recibieron ninguna sanción, sino que, al contrario, unos meses después, el emperador Carlos IV perdonó de manera oficial a toda la ciudadanía de Estrasburgo por la muerte de los judíos, así como por robar su dinero y quedarse con sus bienes. También decretó que todas las deudas a los judíos fuesen canceladas.”

Hasta aquí lo registrado por el testigo Jakob Von Konigshofen. Con el paso del tiempo, la gente se fue olvidando de esta masacre de miles de judíos sucedida un 14 de febrero, día de “San Valentín”. Sin embargo, por las “Neshamot”, almas de las víctimas, no debemos olvidarnos, sino que debemos recordarlo como un día trágico para el pueblo judío.

“HASHEM INKOM DAMAM”, DI-s vengue su sangre.

 

Fuente: Eli Suli

 



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