Enero 11 de 2023

¿Cómo puede Israel ganar el conflicto palestino? Un historiador lo explica

Policía de Israel espera mientras los judíos visitan el Monte del Templo en la Ciudad Vieja de Jerusalem el año pasado.

El historiador estadounidense Daniel Pipes visitó recientemente Israel para reunirse con personas claves y también discutir sus opiniones para la victoria de Israel en su conflicto actual.

Por: Seth J. Frantzman

Con el nuevo gobierno de Israel instalado, el país se encuentra en una encrucijada. Después de un año y medio de un gobierno que estaba arraigado en la centro-izquierda, una coalición de derecha ha llegado al poder, liderada por Benjamin Netanyahu.

Netanyahu ha liderado Israel en el pasado, así que Israel puede terminar siguiendo las mismas políticas que en el pasado. Sin embargo, también existe la posibilidad de que Israel dé nuevos pasos que cambiarían su trayectoria de largo tiempo y también la de los palestinos.

Con este objetivo, el historiador estadounidense Daniel Pipes, que ha sido presidente del Foro de Medio Oriente desde su fundación en 1994, está trabajando en un libro sobre el conflicto israelí-palestino. Recientemente visitó Israel para reunirse con personas claves y también para discutir sus opiniones para la victoria de Israel en su conflicto actual.

Cuéntenos por qué está en Jerusalem.

Conocí a un editor hace medio año que sugirió que escribiera un libro sobre cómo poner fin al conflicto palestino-israelí. ¿Cómo podía decir que no? Comencé a fines de septiembre y espero tenerlo terminado dentro de un año.

Estoy en Israel para hacer preguntas a una variedad de personas sobre las percepciones israelíes sobre este tema.

Manifestantes palestinos lazan piedras durante enfrentamientos con las fuerzas israelíes cerca de Hebrón el año pasado.

¿Cuál es su argumento?

Que una resolución justa del conflicto requiere que los palestinos pierdan la esperanza. Sólo cuando renuncien a su objetivo de guerra de eliminar a Israel, el conflicto llegará a su fin. Israel debe ganar, y los palestinos deben perder.

Este argumento puede sorprender porque precisamente contradice la premisa de los Acuerdos de Oslo, que no promueven la victoria, sino una noción de esperanza y compromiso palestino. Teoriza que los departamentos bonitos, los automóviles de último modelo, las buenas escuelas y la excelente atención médica darían prosperidad a los palestinos, los desradicalizarían y los convertirían en verdaderos socios para la paz.

Pero, casi 30 años después, todas las encuestas y la interminable evidencia anecdótica indican que la mayoría de los palestinos conservan la fantasía de eliminar al estado judío. Ese objetivo hay que combatirlo haciendo que lo abandonen, no alimentándolo con esperanzas. Esto se ajusta a un patrón general, ya que las guerras buscan hacer que el enemigo pierda sus esperanzas.

Los Acuerdos de Oslo de 1993 están desacreditados y casi olvidados, execrados por los palestinos e israelíes por igual. A pesar de eso, su objetivo central de enriquecer a los palestinos sigue muy vivo. Por ejemplo, el plan ¨Paz para la Prosperidad¨ de Trump ofrece a los palestinos $50 billones a cambio de dejar a Israel en paz. Acabo de reunirme con Avigdor Liberman, e incluso él habló de querer ¨reemplazar yihad con prosperidad¨ y convertir a Gaza en ¨la Singapur de Medio Oriente¨. El mismo enfoque también se extiende a los estados árabes, como muestra la firma reciente de Israel de un acuerdo de límite marítimo tremendamente generoso con Líbano.

¿Qué está mal con eso?

La generosidad hacia los enemigos va en contra de la historia y del sentido común. Históricamente, los enemigos se asediaban y se mataban de hambre unos a otros, cortando los alimentos, el agua y los materiales. Esta táctica continúa hoy al cortar las relaciones económicas con Corea del Norte, Rusia y otros estados rebeldes. El sentido común confirma esto, ya que una pelea en el patio de la escuela continúa hasta que un lado se rinde. El enfoque tradicional de la guerra busca sensiblemente derrotar, no mimar, al enemigo.

Pero ¿No derrotó ya Israel a sus enemigos en la Guerra de los Seis Días en 1967?

A algunos de ellos, sí. Esa extraordinaria victoria en el campo de batalla, quizás la más grande en la historia humana registrada, dejó sin aliento a los estados árabes, que poco después abandonaron en gran medida su conflicto con Israel. Pero mientras lo hacían, los palestinos saltaron y los reemplazaron. Aunque los palestinos son objetivamente mucho más débiles que los estados, al carecer de poder militar o económico, ha demostrado ser mucho más determinados y persistentes. Para ellos, eliminar a Israel es una cuestión de identidad.

Comienza con el rechazo, la negativa palestina a aceptar ningún aspecto del judaísmo, los judíos, el sionismo o Israel en Eretz Israel.

Esta ideología comenzó hace un siglo con el líder palestino Amin al-Husseini. Si bien el rechazo ha evolucionado y se ha fragmentado un poco, sigue siendo el consenso palestino y la tendencia dominante de la política palestina. La Autoridad Palestina y Hamas tienen tácticas y personal diferentes, pero comparten su objetivo, el de eliminar al estado judío. Esto explica por qué las muchas concesiones de Israel no tienen efecto.

Actualmente, el rechazo tiene dos frentes: el violento campo de batalla del atropellamiento, el apuñalamiento, los tiroteos y las bombas; y el campo de batalla político de deslegitimación a través de la educación, la campaña y el movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones.

El estratega israelí Efraim Inbar, enfocado sólo en la violencia, llama a los palestinos una ¨molestia estratégica¨. Pero eso ignora su vasto territorio de apoyo, principalmente entre los musulmanes y los izquierdistas. Piensen en Irán, Turquía, Jeremy Corbyn, Bernie Sanders y la Asamblea General de la ONU. La deslegitimación es peligrosa y creciente; es lo que espero abordar.

¿Cómo difiere la hostilidad?

Mientras que la hostilidad musulmana hacia Israel se opone típicamente a la existencia misma de un estado judío, la hostilidad de la izquierda está basada mucho más estrechamente en Judea y Samaria, Gaza y Jerusalem. Para los izquierdistas, las circunstancias de los residentes en esas tres áreas son lo más importante -y no cuestiones como está la acumulación nuclear iraní, las relaciones ashkenazi-sefaradí, el precio del queso cottage, o el estatus de los ciudadanos árabes de Israel. Es invariablemente Judea y Samaria, Gaza y Jerusalem. La gran maquinaria publicitaria palestina convirtió un problema menor a nivel mundial en un tema sumamente destacado.

Israel enfrenta una variedad única de amenazas. Estas pueden ser divididas en seis clases: armas de destrucción masiva, guerra convencional, conflicto de baja intensidad (o terrorismo), demografía, economía y deslegitimación. Notablemente, Israel ha despachado efectivamente las cuatro amenazas intermedias, dejándolo sólo con la dualidad de las armas de destrucción masiva y la deslegitimación. La deslegitimación -y, por lo tanto, los palestinos -amenaza a Israel no menos que la acumulación nuclear de Irán.

¿Cómo debería responder Israel a la deslegitimación?

Haciéndola no menos prioritaria que la violencia; dándose cuenta que, el rechazo no desaparecerá por sí mismo, sino que debe romperse.

Los gobiernos de Israel han fracasado espectacularmente en eso durante los últimos 30 años. Desde 1993 al 2000, siguieron una política de apaciguamiento, o ¨Te daré lo quieres y te quedarás tranquilo¨. Luego siguieron, en el 2000 al 2007, una política aún más ruinosa de retiradas unilaterales. Después de eso, y hasta el día de hoy, vino la política de la no política, de simplemente apagar incendios en arbustos. Actualmente, no hay otro objetivo que ¨cortar el césped¨, o esperar posponer la lucha por unos pocos años. Eso, obviamente, no es suficiente.

La política apropiada es convencer a los cisjordanos, los gazatíes y los jerosolimitanos musulmanes de que Israel es duro y permanente, que han perdido y deben abandonar la guerra con Israel. El objetivo, siempre, es obligarlos a abandonar su fantasía de eliminar al estado judío de Israel.

Una vez que los palestinos acepten esta realidad, ellos también ganarán, quizás incluso más que los israelíes. Liberados de su obsesión irredentista, pueden escapar de su pobreza y opresión actuales para construir su política, economía, sociedad y cultura.

¿No pueden ambos lados ser prósperos sin derrota? Estoy pensando en Irlanda del Norte.

Eso es completamente diferente porque todos en Irlanda del Norte son ciudadanos británicos. Un gobierno democrático no puede derrotar a su propia población. En paralelo, Israel no puede derrotar a los ciudadanos musulmanes.

¿No fueron los palestinos derrotados en gran medida en la Segunda Intifada?

Israel controló ese aumento de la violencia, sí. Pero hacerlo no llevó a un sensación de derrota, sólo a un cambio de tácticas. Yasser Arafat se basó en la violencia para golpear la moral de los israelíes, causar que emigraran, y acabar con la inversión extranjera. Mahmoud Abbas no acabó con la violencia cuando asumió el poder en el 2004, sino que cambió el enfoque a deslegitimar a Israel internacionalmente; recuerde su odiosa afirmación en Alemania sobre que los palestinos sufren ¨cincuenta holocaustos¨. Esta campaña está yendo bien, propagando el antisionismo.

Los policías de frontera de Israel revisan un automóvil en una barricada al este de Jerusalem el año pasado.

¿Qué hay sobre el negacionismo?

Aunque ha dominado durante un siglo, aproximadamente una quinta parte de los palestinos a lo largo de ese tiempo disintió y proporcionó a Israel una variedad de servicios. En Ejército de Sombras: La Colaboración Palestina con el Sionismo, 1917-1948, Hillel Cohen muestra la importancia crucial de la ayuda palestina al Yishuv [la comunidad judía antes del estado en Eretz Israel]. Proporcionaron trabajo, se involucraron en el comercio, vendieron tierras, vendieron armas, entregaron bienes del estado, proporcionaron inteligencia sobre las fuerzas enemigas, propagaron rumores y disensión, convencieron a compañeros palestinos de rendirse, lucharon contra los enemigos del Yishuv, e incluso operaron detrás de las líneas enemigas.

Cohen no dice esto, pero yo lo digo: Israel no habría surgido sin la ayuda de los palestinos cooperativos. Pero siempre fueron y son una minoría; siempre estuvieron y están bajo amenaza.

¿Qué hay sobre el nuevo gobierno? ¿El primer ministro Netanyahu no cree en la fuerza?

Sí, lo hace, pero la fuerza no es igual a ganar. He hablado con él sobre la victoria de Israel, y me apoyó, sin adoptar la idea. Comprendo eso; Israel es objeto de constante crítica. Si la victoria de Israel se implementara, plantearía más problemas a corto plazo. Así que es más fácil dejarlo en el camino y continuar con el status quo de usar las fuerzas de seguridad para mantener la calma, desplegarlas como una fuerza policial más que como una fuerza militar. La policía no aspira a la victoria, si no a la calma, a la no destrucción de la propiedad ni al perjuicio a las personas.

¿Qué hay sobre otros en el nuevo gobierno?

Estoy aprendiendo sobre los nuevos corredores de poder. Por lo que he visto, su enfoque no está en ganar, sino en dos ideas terribles…

La anexión significa agregar un par de millones de ciudadanos palestinos de Israel o mantenerlos en una posición subordinada -dos recetas para el desastre. El impulso Kahanista de presionar a los palestinos no sólo no resuelve nada, sino que crea muchos problemas nuevos. Los expulsados se vuelven más dedicados a destruir a Israel. La furia surge dentro de Israel, entre los judíos de la Diáspora y en el mundo exterior en general. No ganas una guerra anexando o desplazando a tus enemigos: Ganas imponiendo tu voluntad sobre ellos.

¿Acepta la solución de dos estados?

Sí, es la solución menos mala a largo plazo. Pero enfatizo a largo plazo. Sólo puede suceder después de que los palestinos hayan renunciado a su guerra con Israel, después de un período prolongado cuando los judíos viviendo en Hebrón no enfrenten más peligros que los musulmanes viviendo en Nazareth, y cuando Israel sea sólo otro miembro de las Naciones Unidas. Hasta que ese día feliz, pero distante, llegue, prefiero que Jordania gobierne Judea y Samaria y Egipto gobierne Gaza.

¿Los Acuerdos Abraham y el enfoque en Ucrania y China cambian las cosas?

No realmente. Los Acuerdos Abraham son geniales, tanto en sí mismos como porque consiguieron que Netanyahu en el 2020 abandonara su plan de anexar partes de Judea y Samaria. Ucrania y China reducen la atención sobre el conflicto palestino-israelí -siempre algo bueno. Pero las prósperas relaciones de Israel con EAU y otros estados apenas disminuyen la campaña palestina de deslegitimación. Y cuando sea que la Autoridad Palestina o Hamas deseen volver a ser el centro de atención, lo harán -instantáneamente.

¿Cómo debería manejar Israel la atención internacional?

Reconociéndolo como un hecho de la vida con el que hay que lidiar. Cuando Hamas decide lanzar misiles a Israel, sabe que será golpeado militarmente, pero ganará el apoyo político– internacional. De la misma manera, Israel sabe que será golpeado internacionalmente, así que debería de sacar ventaja de la crisis para enviar un mensaje muy fuerte a la población de Gaza de que ha perdido la guerra. En última instancia, la cobertura de los medios de comunicación importa menos que ganar sobre el terreno.

Hablando prácticamente, ¿cómo gana Israel?

Prefiero postular la victoria de Israel como un objetivo político, sin entrar en estrategias y tácticas detalladas. Primero, es prematuro entrar en detalles. Segundo, profundizar en estos temas distrae del establecimiento del objetivo político.

Dicho eso, Israel tiene una extraordinaria variedad de palancas debido a su poder enormemente mayor al de los palestinos -y no sólo militar y económico.

Un ejemplo creativo: Al príncipe saudí coronado, Mohammed bin Salman, probablemente le encantaría agregar al-Aqsa a su colección de santidades islámicas, especialmente en un momento cuando Teherán desafía el control saudí de la Meca y Medina. ¿Qué tal si Israel abriera negociaciones sobre este tema con Riad, ofreciendo la joya en la corona de la Autoridad Palestina a cambio de plenas relaciones diplomáticas y un cambio en el status quo en el Monte del Templo?

¿Puede Israel derrotar a Hamas sin volver a ocupar Gaza?

Nuevamente, prefiero no discutir estrategias y tácticas. Pero, si preguntas, he aquí una táctica: Israel anuncia que un solo ataque de misil desde Gaza significa el cierre de la frontera por un día: no hay agua, alimentos, medicinas o combustible que cruce a Gaza. Dos misiles significan dos días, y así en adelante. Te garantizo que esto mejorará rápidamente el comportamiento de Hamas.

Pero ¿el problema de la deslegitimación no es una lucha también contra los occidentales? ¿No tienen que ser derrotados?

¡Qué horror! ¡No! Además, eso sería imposible. Pero tampoco es necesario, porque ellos son meros seguidores. Imagina que los palestinos reconocen su derrota y verdaderamente aceptan al estado judío; esto les sacaría la alfombra de debajo a los antisionistas de izquierda. Sostener una postura más católica que el papa es difícil de mantener. Israel tiene suerte de que su principal enemigo es tan pequeño y débil.

Con el tiempo, ¿los palestinos aceptan cada vez más a Israel?

El ex ministro Yuval Steinitz me acabó de decir que el 75% de los palestinos se han reconciliado con la idea del Estado de Israel y viven vidas normales, pero me pregunto. Una encuesta reciente del Centro Palestino para la Investigación de Políticas y Encuestas encontró que ¨el 72% del público (84% ne la Franja de Gaza y 65% en Judea y Samaria) dicen que están a favor de formar grupos armados tales como Lion´s Den, que no reciben órdenes de la AP y no son parte de los servicios de seguridad de la AP; 22% están en contra de eso¨.

Sí, existe una calma general. En el hotel donde nos estamos reuniendo, el Dan Jerusalem en el Monte Scopus, el personal palestino realiza su trabajo en silencio y no está apuñalando a nadie. Pero en un momento de crisis, digamos un ataque con cohetes de Hamas, yo evitaría este o la mayoría de los otros hoteles de Jerusalem.

El liderazgo previo de Israel parece aceptar la idea de Micah Goodman de ¨reducir el conflicto¨. ¿La acepta usted?

No, lo veo sólo como otro más de la larga lista de intentos para perfeccionar el difícil trabajo de obtener la victoria. Las ideas anteriores incluyeron expulsar a los palestinos ya fuera por la fuerza o voluntariamente, el esquema de Jordania-es-Palestina, erigir más cercas, encontrar un nuevo liderazgo palestino, demandar buen gobierno, implementar la Hoja de Ruta, financiar un Plan Marshall, imponer un fideicomiso, establecer fuerzas de seguridad conjuntas, dividir el Monte del Templo, alquilar tierra, retirarse unilateralmente, etc. Ninguno funcionó; ninguno funcionará. La derrota y la victoria siguen siendo imperativas.

¿Qué pasa con Irán? Los grupos terroristas palestinos, como Hamas y la Yihad Islámica, reciben apoyo de Irán. Si el régimen de Irán cae, ¿importará eso?

Un cambio de régimen en Irán tiene enormes implicaciones para Medio Oriente, pero no tanto para la guerra palestina contra Israel. El colapso político de los mullahs no cerrará la convicción palestina de que el rechazo funciona, que la ¨revolución hasta la victoria¨ prevalecerá, que pueden eliminar al estado judío. Israel no puede subcontratar la victoria.

                                                                                                                                                                                                                                

Traducción: Comunidad Judía de Guayaquil
Fuente: The Jerusalem Post



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