Noviembre 21 de 2022

Nueva coalición puede devolver el Monte del Templo al pueblo judío – Opinión

Por: Michael Freund

Judíos religiosos visitan el Monte del Templo, en el 2020.

Un vídeo publicado esta semana muestra a una mujer siendo conducida fuera del Monte del Templo después de cantar ¨Hatikvah¨ al llegar.

He aquí una noticia que puede haberse perdido y que es tan reveladora como risible.

Este lunes pasado, una joven israelí llamada Ofir Dayan visitó el Monte del Templo. Conmovida por la experiencia de poner un pie en donde los judíos habían anhelado regresar durante 19 siglos, estalló en una canción, ofreciendo orgullosamente una interpretación de ¨Hatikvah¨, el himno nacional de Israel.

Pero mientras el patriotismo brotaba por sus cuerdas vocales en el corazón de Jerusalem, Dayan fue recibida por una sorpresa desagradable y más bien molesta, cuando un policía israelí le pidió que se detuviera.

A pesar las instrucciones inexplicables, eso es exactamente lo que Dayan hizo, actuando de acuerdo con las directivas del oficial.

Y luego, en un vídeo corto disponible en Arutz 7 que capturó el resto de su interacción con el policía, se nos brinda un vistazo de la situación absurda que actualmente prevalece bajo la soberanía israelí en el lugar más sagrado del pueblo judío.

Fuerzas de seguridad de Israel parados en un techo cerca del complejo que alberga la Mezquita Al-Aqsa, conocida para los musulmanes como Noble Santuario y para los judíos como el Monte del Templo, después de enfrentamientos en el complejo en la Ciudad Vieja de Jerusalem, 15 de abril del 2022.

En el vídeo, Dayan puede ser vista preguntando, ¨¿Qué regulación violé?¨ y ¨¿Cantar ´Hatikvah´ es considerado un ritual religioso?¨ Ninguna de sus preguntas legítimas merecieron nada remotamente parecido a una respuesta convincente.

Un segundo policía apareció entonces y le explicó a Dayan que cualquier acto que la policía considere que sea una amenaza para el orden público en el Monte del Templo está prohibida debido a la sensibilidad del lugar.

Dayan miró alrededor con curiosidad, notando que no había nadie a la vista ni ninguna señal de disturbios. Sin embargo, el policía le informa que está siendo detenida, aunque aparentemente ninguna ley fue rota y Dayan había seguido la orden del primer policía al pie de la letra. Luego, se la ve siendo conducida hacia afuera.

Este ultraje resume todo lo que está mal con la situación actual del Monte del Templo. Presenta al nuevo gobierno israelí que pronto se formará, una clara prueba de si las promesas antes de las elecciones sobre restaurar y preservar el carácter judío del estado realmente se mantendrán.

Después de todo, ¿qué podría haber más inocente -e icónico -que una joven judía patriota dando voz a su amor por el país cantando el himno nacional?

Uno asumiría que en un estado democrático que defiende el ejercicio de la libertad de expresión como un derecho fundamental, la decisión de Dayan de tararear una melodía en el Monte del Templo difícilmente justificaría la intervención policial. Y, sin embargo, aparentemente, lo hace.

En contraste, cuando los fieles árabes musulmanes izan banderas de Hamas en el Monte y cantan vigorosamente ¨¡Con sangre y con espíritu te redimiremos, O Palestina!¨ la policía no toma ninguna acción.

Este absurdo estado de las cosas, donde los judíos son abiertamente discriminados en la capital de Israel, es el resultado de años de apatía gubernamental tanto de la Izquierda como de la Derecha, y es tiempo de que esto cambie.

Las visitas judías al Monte están limitadas a sólo cuatro horas al día, cinco días a la semana. Ninguna restricción similar aplica a los musulmanes.

Los judíos no pueden ascender al Monte en su Shabbat. Los musulmanes pueden.

Se aconseja enfáticamente a los judíos no rezar en el Monte, y ha habidos casos en que la policía detuvo a israelíes por decir una bendición antes de beber agua o recitar ¨Shema Ysrael¨. Los musulmanes, por el contrario, pueden rezar como deseen.

No hay justificación moral, legal o filosófica para esta política prejuiciosa en contra de los judíos, la cual no tiene lugar en una sociedad libre.

Para ser justo, en años recientes el gobierno ha permitido que el número de judíos que visitan el templo aumente. Durante los días de las Fiestas Altas, el mes pasado, 7,130 judíos ascendieron al Monte del Templo, incluidos 4,673 durante Sukkot. Esto marca un incremento del 33% sobre el año anterior. Similarmente, en el Día de las Elecciones a principios de este mes, se les permitió a 378 judíos visitar el lugar, más del doble del número de la última vez en que los judíos fueron a las urnas.

Pero cuando se compara a las decenas de miles de árabes musulmanes que asisten a las plegarias del viernes en el Monte cada semana, estos números palidecen en comparación.

En pocas palabras, los derechos básicos a la libertad de culto y de expresión del pueblo judío en el Monte del Templo están siendo pisoteados de una manera sin precedentes en ningún otro lugar del mundo occidental.

La posible nueva coalición puede cambiar esto

Pero la coalición en formación tiene una oportunidad para cambiar esto. Como Tom Nisani, director del grupo activista Beyadenu, señaló recientemente, más de la mitad de los miembros de la nueva coalición de gobierno han visitado el Monte del Templo, así que saben de primera mano sobre la situación intolerable que existe ahí.

Es imperativo que el nuevo gobierne actúe rápidamente para corregir la erosión continua de los derechos judíos sobre el Monte y encontrar una manera de permitir a esos judíos que desean rezar ahí que puedan hacerlo, al tiempo que, por supuesto, se salvaguarda la libertad de acceso para todos.

Negar a los judíos su derecho básico de estar en comunión con su Creador en el Monte del Templo por temor a ofender a otros, es nada menos que una mancha en la democracia de Israel. Y cuanto antes se elimine, mejor.

El escritor sirvió como vicedirector de comunicaciones bajo Benjamin Netanyahu durante su primer período en el cargo.

 

Traducción: Comunidad Judía de Guayaquil
Fuente: The Jerusalem Post



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