Noviembre 8 de 2022

Israel votó por Netanyahu y Ben Gvir. Déjenlos gobernar – Editorial

Por: Editorial del JPost

El líder del Likud, Benjamin Netanyahu, se dirige a sus partidarios en la sede de su partido durante las elecciones generales de Israel, en Jerusalem, 2 de noviembre del 2022.

Esto es sólo reconocer que, en una democracia, la voluntad del pueblo debe ser respetada, y los resultados de las elecciones han dado a conocer inequívocamente los deseos del país.

Israel fue a las urnas el martes y de una manera bastante inusual tomó una clara decisión: Benjamin Netanyahu.

Esta vez sin jurado, sin empate, sin palabrerías. El país quiere que vuelva Netanyahu como jefe de un gobierno muy derechista y religioso. La nación ha hablado, y ahora es tiempo de honrar esa decisión.

¿Qué significa eso? Significa dejar a Netanyahu formar una coalición derechista y muy religiosa. Eso es lo que el pueblo quiere, eso es por lo que votaron.

Israel votó por Netanyahu. Déjenlo gobernar.

Y esto no quiere decir al país, como un padre le diría a un niño que se porta mal: ¨Tú hiciste tu cama, ahora acuéstate en ella¨. Más bien, es sólo reconocer que, en una democracia, la voluntad del pueblo debe ser respetada, y los resultados de las elecciones han dado a conocer inequívocamente los deseos del país.

El líder del Likud, Benjamin Netanyahu, saluda mientras se dirige a sus partidarios en la sede de su partido durante las elecciones generales de Israel, en Jerusalem, 2 de noviembre del 2022

Cuando la construcción de la coalición comience, habrá llamados para incluir a otros partidos -como Unidad Nacional de Benny Gantz o incluso Yesh Atid de Yair Lapid -en la coalición para formar un gobierno de unidad nacional. Y aunque siempre hay algo reconfortante en los llamados a la unidad -y algunos dirán que es necesario ¨moderar¨ lo que se está formando para ser el gobierno más derechista en la historia del país -eso no es por lo que votó la nación.

No votó por Gantz para ministro de defensa o Lapid para ser ministro de relaciones exteriores. Votó por Netanyahu, Itamar Ben-Gvir,  Bezalel Smotrich,  Arye Deri e Ytzhak Goldknopf. Ellos han recibido un claro mandato; se les debe dar las riendas. Si, más adelante Gantz o Lapid o alguno de sus partidos opta por unirse al gobierno, que así sea. Pero es tiempo de honrar la elección de la gente y darles lo que votaron.

Cuando no le das a la gente lo que votaron, cuando les das algo por lo que no regatearon, estás invitando a los problemas. Sólo pregunte al ex primer ministro Naftali Bennett y al saliente ¨gobierno de cambio¨.

Lo que sea que el pueblo dijo en las urnas electorales en las elecciones de marzo del 2021, no dijo que quería a Bennett, líder de un partido que ganó apenas siete escaños, como primer ministro. Sin embargo, es lo que recibió el país, y es por eso que Bennett fue perseguido durante su corto mandato por cuestiones de legitimidad.

¿Qué derecho tiene, se le preguntó repetidamente, a dirigir el país cuando tan poca gente votó en realidad por usted?

Esa no es una pregunta que se le puede hacer al gobierno entrante de Netanyahu, que recibió un claro mandato para gobernar.

Con ese decisivo mandato, sin embargo, viene la responsabilidad -y parte de esa responsabilidad es la necesidad de tranquilizar rápidamente a los votantes que despertaron el miércoles en la mañana sintiendo que su país se les estaba escapando entre los dedos.

La primera orden del día de Netanyahu, así como también de sus potenciales socios, necesita ser reconocer los temores y preocupaciones entre muchos de los árabes, mujeres, miembros de la comunidad LGBTQ y los ciudadanos seculares del país, y mitigar esos temores.

Los socios de la coalición -liderada por un hombre que regresa para una tercera ronda sin precedentes para dirigir el país (Ben-Gurion, Shamir y Peres cada uno regresó una vez) -necesita dejar claro para ellos que no tienen nada que temer, que éste es su país también, y que su forma de vida será respetada y sus derechos protegidos.

Algunos pueden argumentar que esto es un hecho y no hay razón para afirmarlo. Equivocado. Justificable o no, existe un temor entre muchos de que el país está a punto de dar una vuelta en U en todo lo que tiene que ver con los derechos democráticos y las minorías. Netanyahu debe transmitir claramente -y tan pronto como sea posible -que esto no va a suceder.

Ya empezó a hacerlo, diciendo en su discurso de victoria el miércoles temprano en la mañana que, aunque liderará un gobierno de derecha, tiene la intención de ser el primer ministro de todos los israelíes: ¨Derecha e Izquierda, judíos y no judíos por igual¨.

Un mensaje similarmente tranquilizador necesita ser enviado a los amigos de Israel en todo el mundo, algunos de los cuales están preocupados sobre el ascenso de la extrema derecha. Esto, también, lo abordó brevemente durante su discurso, diciendo que ¨no se embarcará en aventuras innecesarias¨.

Las palabras de Netanyahu señalan que él comprende los enormes desafíos nacionales y extranjeros que le esperan como consecuencia directa de los resultados de las votaciones del martes, Esperamos sinceramente que sus actos reflejarán el mensaje tranquilizador de sus primeras palabras.

 

Traducción: Comunidad Judía de Guayaquil
Fuente: The Jerusalem Post

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



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