Noviembre 7 de 2022

¿Se convertirá Israel en una teocracia? Los partidos religiosos son los mayores ganadores de las elecciones

Por: Judy Maltz

Partidarios ortodoxos de Sionismo Religioso celebrando en la Noche de las Elecciones.

Israel está a punto de tener el gobierno más religioso de su historia, lo que significa que las demandas de los haredis y ortodoxos probablemente serán una prioridad para la nueva coalición de Netanyahu -dejando bajo amenaza reformas previas.

El nuevo gobierno de Israel será con mucho el más religioso de su historia.

De los cuatro partidos que se espera que integren la coalición, tres son religiosos. Dos de ellos -Judaísmo Unido de la Torah , cuyos votantes son predominantemente ashkenazi; y Shas, cuyo votantes son predominantemente sefaradí -son partido ultraortodoxos que excluyen a las mujeres de sus listas parlamentarias.

El tercero, Sionismo Religioso -una fusión de tres partidos de extrema derecha cuyos líderes incluye a un discípulo del fallecido supremacista judío, rabino Meir Kahane -está en el lado conservador del espectro religioso, inclinándose hacia la ultraortodoxia.

Juntos, estos tres partidos sumarán más de la mitad de los escaños en la coalición encabezada por Benjamin Netanyahu, que se espera que asuma el poder dentro de unas pocas semanas.

Agregue a eso siete legisladores del propio partido Likud de Netanyahu, y resulta que 40 de los 65 miembros esperados de la próxima coalición de Israel serán judíos ortodoxos -un 61 por ciento mucho más que su participación del 17 por ciento de la población general. Casi dos tercios de esta contingencia ortodoxa es haredi.

Por esta razón, muchos israelíes despertaron el miércoles en la mañana preguntándose si su país estaba a punto de convertirse en una teocracia.

¨No veo a Israel convirtiéndose en un estado de la Torah de pleno derecho¨, dice el rabino Uri Regev, el presidente y CEO de Hiddush, una organización que promueve la libertad religiosa en Israel. ¨Pero vamos a estar más cerca de ello que nunca antes¨.

Tani Frank, director del Centro de Política Estatal y Judaísmo en el Instituto Shalom Hartman, con sede en Jerusalem, está de acuerdo. ¨Definitivamente veremos a los partidos haredi presionando en esa dirección, dijo. ¨Pero no va a suceder todo a la vez, porque son lo suficientemente inteligentes para saber que habrá una gran reacción violenta si tratan de salirse con la suya con todo lo que puedan¨.

Sin duda, nunca ha habido separación entre religión y estado en Israel. Las cuestiones de matrimonio y divorcio, por ejemplo, caen bajo la jurisdicción de las autoridades religiosas -en el caso de los judíos, el Rabinato en Jefe controlado por ortodoxos. Con raras excepciones, el transporte público no funciona en Shabbat, y la mayoría de los negocios minoristas están cerrados ese día. Debido a que sólo el judaísmo ortodoxo es reconocido en Israel, los movimientos conservador y reformista no son elegibles para recibir financiamiento del Ministerio de Servicios Religiosos.

Cualquier progreso que se haya hecho en años recientes en promover la libertad religiosa y el pluralismo, ha sido, en su mayor parte, ordenado por las cortes.

Entre los ejemplos más prominentes, se encuentra el histórico fallo de la Corte Suprema de Justicia de mayo del 2021, reconociendo las conversiones no ortodoxas para propósitos de la ciudadanía. Y gracias a las decisiones anteriores de la corte, los rabinos no ortodoxos en Israel -al igual que los rabinos ortodoxos -son elegibles para salarios del estado, y la exclusión de género en la esfera pública está prohibida.

El gran temor es que los partidos religiosos de la nueva coalición de Netanyahu tratarán de debilitar al poder judicial a través de una ¨cláusula de anulación¨ que permitiría a la Knesset anular decisiones de la corte como estas. Esto podría potencialmente deshacer mucho del progreso que se ha logrado en años recientes en la promoción de la libertad religiosa en Israel.

¨Hasta ahora, las cortes han sido un jugador dominante en la promoción de temas tales como los derechos de los homosexuales y los derechos de las mujeres, pero si esta coalición sigue adelante con sus planes de instituir la cláusula de anulación, básicamente podrán hacer lo que quieran¨, dice Shuki Friedman, vicepresidente del Instituto de Política del Pueblo Judío, con sede en Jerusalem.

Además de presionar para la cláusula de anulación, Friedman cree que el nuevo gobierno se dispondrá de inmediato a anular las reformas religiosas aprobadas por el gobierno saliente -principalmente, una revisión importante del sistema de certificación de Kashrut que generó una feroz oposición del rabinato.

Si el gobierno saliente hubiera cumplido su promesa de revivir el acuerdo del Muro de los Lamentos, que estaba destinado a facilitar la plegaria igualitaria en el sitio sagrado judío, esta nueva coalición probablemente habría hecho el descartar el acuerdo una prioridad máxima. Pero, debido a que no se hizo ningún progreso en revivir el acuerdo durante los 16 últimos meses, sobre este tema, al menos, hay poco que retroceder.

¨Digamos solamente que este nuevo gobierno representa el último clavo en el acuerdo del Kotel¨, dice Uri Keidar, director ejecutivo de Israel Hofsheet, una organización sin fines de lucro activa en promover la libertad religiosa y el pluralismo judío.

Jóvenes ultraortodoxos partidarios de Judaísmo Unido de la Torah celebran en la Noche de las Elecciones en Jerusalem.

Las promesas de Netanyahu

¿Dónde, entonces, es probable que el nuevo gobierno dirija sus esfuerzos sobre temas de religión y estado durante los próximos años (asumiendo que dure tanto tiempo)?

Frank cree que se enfocará inicialmente en las políticas que directamente afectan y benefician a la comunidad ultraortodoxa. ¨Habrá mucho dinero yendo a las escuelas haredi, incluso aquellas que no enseñan materias básicas como inglés y matemáticas¨, predice. De hecho, Netanyahu ya ha prometido a los líderes haredi que no hará que la financiación estatal de sus escuelas dependa de que enseñen esas materias básicas.

Frank también cree que los partidos haredi presionarán a Netanyahu para que revierta una reforma iniciada por el gobierno saliente que amenazó el control rabínico de los servicios celulares en la comunidad ultraortodoxa.

He aquí algunos de los otros cambios en el status quo religioso que probablemente se darán bajo este nuevo gobierno:

-Ley de Retorno: Los partidos religiosos hace tiempo han estado cabildeando para un cambio que limitaría dramáticamente la elegibilidad para la aliyah y la ciudadanía bajo la Ley de Retorno. Bajo la versión actual, cualquier individuo con al menos un abuelo judío -así como la esposa de ese individuo -es elegible para inmigrar a Israel.

Los partidos religiosos creen que esta ley, en su actual forma, alienta a demasiados ¨no judíos¨ a inmigrar. Bajo esta propuesta, la así llamada cláusula el nieto sería eliminada, y en su lugar sólo los individuos con al menos uno de los padres judíos, calificarían para la aliyah.

¨Incluso creo que tratarán de ir más lejos con la enmienda de la Ley de Retorno¨, predice Keidar. Frank cree, sin embargo, que Netanyahu puede rechazar tales cambios. ¨Mantener la cláusula del nieto es de extrema importancia para los inmigrantes de habla rusa, dice, señalando que este grupo representa la gran mayoría de inmigrantes para Israel. ¨Y los ruso hablantes -todavía proporcionan al Likud aproximadamente cuatro o cinco escaños en cada elección, así que él no puede simplemente descartarlos¨.

-Conversión: Hace cinco años, Shas introdujo un proyecto de ley que le daría al Rabinato el control exclusivo sobre las conversiones en Israel y prohibiría las conversiones no ortodoxas. Este proyecto de ley nunca pasó por el proceso legislativo, pero dado el poder que los partidos ultraortodoxos tienen en la nueva coalición, Regev cree que tratarán de revivirlo. Y una vez que aprueben la cláusula de anulación, asumiendo que lo hagan, podría entonces revertir el veredicto de la Corte Suprema que reconoce las conversiones no ortodoxas.

Este veredicto afecta sólo a un número pequeño de individuos que se convierten cada año en Israel a través de los movimientos reformista y conservador. Sin embargo, se consideró monumental debido a su reconocimiento implícito de la legitimidad de las denominaciones no ortodoxas. Frank cree que Netanyahu pensará dos veces antes de respaldar una legislación que retire este reconocimiento debido a las tensiones que pondría en las relaciones de Israel con la Diáspora judía, cuyos líderes dieron la bienvenida cálidamente al fallo de la Corte Suprema.

-Transporte público en Shabbat: El gobierno saliente de Israel hizo poco para promover el transporte público en Shabbat, aunque la ministra de transporte, Merav Michaeli, sí prometió en semanas recientes que el tren ligero de Tel Aviv, todavía en construcción, operaría en el día judío del descanso. En años recientes, varias municipalidades en todo Israel, junto con organizaciones de base, han introducido líneas de buses que operan en Shabbat.

Keidar cree que el nuevo gobierno priorizará combatir estas iniciativas. De hecho, los partidos haredi ya han expresado un interés en recibir el portafolio de transporte en el próximo gobierno.

Encuesta tras encuesta llevadas a cabo por Hiddush ha encontrado que una vasta mayoría de los israelíes, incluyendo votantes del Likud, está a favor del transporte público en Shabbat en una u otra medida. ¨Claramente, concesiones de este tipo que Netanyahu se verá presionado a hacer por sus socios de coalición ultraortodoxos, no sólo desafiarán a la mayoría de la población, sino que también serán contrarias a la voluntad de sus propios votantes -y eso es algo que tendrá que tener en mente¨, dice Regev, que es un rabino reformista.

Un activista sostiene un cartel en Holon por el partido Noam, anti LGBTQ, que probablemente estará en el próximo gobierno israelí.

-Matrimonio: Hace justo un mes, una corte israelí reconoció la validez de los ¨matrimonios en Utah¨ que se realizan en línea. El fallo proporcionó una manera económica para que las parejas eludieran la prohibición del matrimonio civil en el país. Hasta ahora, los matrimonios civiles sólo eran reconocidos si se realizaban fuera del territorio israelí. Keidar cree que la nueva coalición actuará para anular este fallo, restaurando así, el control sobre el matrimonio al Rabinato.

-Derechos LGBTQ: No se espera que el nuevo gobierno vaya tan lejos como para prohibir la homosexualidad, pero podría intentar revertir algunos de los avances hechos en promover los derechos gay bajo el gobierno saliente y los anteriores, dice Keydar.

Esto podría incluir levantar la prohibición de la terapia de conversión, cortar la financiación del estado para la terapia hormonal para personas transgénero y reinstituir una prohibición a las donaciones de sangre de gente homosexual. ¨No veo que Netanyahu tome acciones drásticas contra la gente LGBTQ, porque hay demasiados que votan por el Likud¨, dice Frank. ¨Pero definitivamente no veremos una continuación de las cálidas relaciones que existían entre la comunidad LGBTQ y el gobierno saliente¨.

-Aborto: No se espera que el nuevo gobierno siga el camino de Estados Unidos e instituya una prohibición total a los abortos, pero Keidar cree que es probable que se vuelva más activo para desalentarlos. ¨Probablemente veremos mucho más financiamiento del gobierno yendo a organizaciones que asisten a mujeres jóvenes con embarazos no deseados a llevar sus embarazos a término¨, dice.

Keidar dice que incluso si el nuevo gobierno tiene éxito en debilitar al poder judicial, no tendrá carta blanca para imponer restricciones religiosas en la población secular. ¨Habrá una reacción violenta -y ya hemos visto suceder esto cuando trataron de cerrar los negocios en Shabbat en vecindarios seculares. La gente salió a las calles y protestó¨.

A pesar de la creciente influencia de las comunidades ortodoxas y ultraortodoxas, Keidar señala que los judíos seculares siguen siendo el grupo más grande en Israel, representando el 36 por ciento de la población (de acuerdo con las cifras publicadas el mes pasado por la Oficina Central de Estadísticas). Las comunidades ortodoxas y ultraortodoxas, cada una, representan aproximadamente otro 8.5 por ciento de la población.

Entre las iniciativas claves introducidas por la coalición saliente para promover el pluralismo religioso en Israel, estuvo el establecimiento de una nueva ¨Administración de Renovación Judía¨ en el Ministerio de Asuntos de la Diáspora. Su presupuesto de 60 millones de shekels (casi $17 millones de dólares) estaba destinado a apoyar, entre otras causas, las actividades de los movimientos conservador y reformista en el país. Es probable que el nuevo gobierno encuentre otros usos -más en línea con la agenda ortodoxa -para este financiamiento, lo que seria un importante retroceso para el pluralismo judío.

Sin embargo, Rakefet Ginsberg, director ejecutivo del movimiento Conservador en Israel, se niega a creer que el nuevo gobierno tratará de cerrar sus actividades. ¨Quiero esperar que haya un entendimiento de que nuestros movimientos no restan valor al judaísmo del estado, sino lo contrario, lo enriquecen¨.

Anna Kislanski, directora ejecutiva del movimiento Reformista en Israel, suena menos esperanzada. ¨Los resultados de estas elecciones son muy inquietantes para aquellos de nosotros que no pertenecemos al movimiento ortodoxo¨, dice. ¨Estamos preocupados sobre la falta de aceptación que este gobierno podría mostrar hacia los árabes, las mujeres, los homosexuales y realmente, cualquiera que no esté de acuerdo con el movimiento ortodoxo¨.

Advierte que la brecha entre Israel y la judería de la Diáspora podría crecer aún más, considerando el gran seguimiento del movimiento reformista fuera de Israel.

 

Traducción: Comunidad Judía de Guayaquil
Fuente: Haaretz

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



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