Octubre 31 del 2022

Los judíos en Polonia, como en cualquier parte del mundo, no deberían intercambiar sus raíces por asimilación

Opinión: Explorando su herencia judía mientras escribía un libro, el periodista Jarosław Kurski descubrió que el pasado de su familia polaca contiene una rica historia judía, parte de una identidad que debe ser preservada.

Este mes se publicó un nuevo libro en Polonia, que cuenta la historia de los judíos polacos. El libro de 450 páginas se titula «Dziady i Dybuki», que no se puede traducir correctamente al español.

El mensaje del libro, sin embargo, puede transmitirse claramente: un judío polaco no debe negar sus raíces e identidad para asimilarse. Si lo hace, perseguirá su conciencia y sus pensamientos, y no le permitirá descansar.

 ‘Dziady i Dybuki’ (Foto: vía YouTube)

 Jarosław Kurski, el autor del libro, es el editor adjunto de uno de los periódicos más grandes e influyentes de Polonia, la Gazeta Wyborcza, y un autor y editor de gran éxito en ventas. En su libro, Kurski recita los pasos que siguio para encontrar su herencia judía oculta y aceptar el «judío dentro del polaco» en él.

Kurski, como la mayoría, entiende que no se puede hablar de la cultura polaca a lo largo de la historia sin mencionar el papel importante que jugaron los judíos en ella y el antisemitismo desenfrenado que tuvieron que enfrentar (y aún enfrentan hasta el día de hoy).

El autor y su hermano Jacek nacieron en 1963 y 1966, respectivamente, en el seno de una patriótica familia polaca. Su abuelo, padre y tíos, todos lucharon en el ejército polaco contra los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Su madre, Anna, era abogada marítima, una devota patriota polaca y católica. El único tema sobre el que se mantuvo callada fue su madre, Theodora, incluso cuando otros pronunciaban comentarios antisemitas cerca de ella.

Jarosław Kurski (Foto: vía YouTube)

En 1989, Polonia se liberó del régimen comunista y el Movimiento de Solidaridad de Polonia subió al poder. Kurski, quien fue miembro del movimiento desde su juventud, se convirtió en consultor de comunicaciones del líder del movimiento, Lech Wałęsa.

Kurski renunció a su cargo un año después y comenzó a trabajar en un libro sobre Wałęsa, llamado «El Líder». Tenía la intención de incluir en su libro una de las muchas conversiones que compartieron los dos, dónde Wałęsa le preguntó: «¿Tal vez tu madre es judía?»

Cuando la madre de Kurski leyó el borrador del libro, entró en pánico. Su madre comenzó a gritar: «Soy polaca», una y otra vez, diciéndole a Kurski que no tenía idea de lo que el antisemitismo en Polonia podia hacerle a una persona.

Esta sección fue eliminada del manuscrito, y Kurski le prometió a su madre que nunca volvería a tocar el tema, al menos mientras ella estuviera viva. Después de que ella falleció, Kurski comenzó a recopilar cada fragmento de información sobre la herencia judía de su familia, construyendo un árbol genealógico complejo, llegando hasta el rabino Elias ben Solomon Zalman, llamado «Vilna Gaon» (Genio de Vilna).

Comunidad Judía en Varsovia (Foto: Biblioteca Nacional de Israel)

Kurska logró reconstruir una amplia imagen de los judíos del siglo XVIII en Polonia, llena de personajes interesantes, incluidos rabinos, judíos conversos, judíos que se asimilaron a la cultura polaca, sionistas, inmigrantes y muchos otros.

Tomemos, por ejemplo, a Ser Louis Bernstein Neymar, hermano de la abuela de Kurski, Theodora. Dejó Polonia en 1907 porque «no podía soportar más la humillación y el enjuiciamiento como judío». Se convirtió en historiador británico y experto en la legislatura estatal británica. Sirvió en el Ministerio de Relaciones Exteriores en Londres, fue un ferviente sionista y sus amigos incluían al Dr. Chaim Weizmann y al Pof. Jacob Talmon.

Kurski cree que muchos polacos de hoy en día son, de hecho, judíos, pero no lo saben o simplemente lo ocultan, viviendo en la duda, la vergüenza, la alienación y el miedo.

Según Kurski, no tienen nada de qué avergonzarse, deberían estar orgullosos de su herencia y luchar abiertamente contra el antisemitismo.

 Una sinagoga en Berlín

 «Pertenezco a un pequeño grupo de judíos polacos que sobrevivieron al Holocausto, los pogromos, el enjuiciamiento comunista antisemita en 1968 y los ataques racistas de los últimos años», escribe Kurski.

El hermano de Jaroslaw, Jacek, estaba a cargo de la emisora de televisión pública de Polonia, mientras trabajaba para el partido gobernante católico nacional-conservador “Ley y Justicia”.

Al principio parecía que el descubrimiento de sus raíces judías no lo impactaría, pero tal vez sí. Jacek fue despedido repentinamente de su cargo «sin explicación», justo cuando se publicaron partes del libro de su hermano en toda Polonia.

 

Fuente: Ynet Español



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