Octubre 20 del 2022

Alentador: continúa el flujo de voluntarios no judíos a Israel

Se estima que desde los años 60 y hasta el presente alrededor de 400.000 voluntarios procedentes de 90 países residieron en los distintos kibutzim de Israel.

Hivernadero en el kibbutz Yotvatá. / Foto: MOSHE MILNER (GPO)

Por Dr. Israel Jamitovsky

El Kibutz (colonia colectiva israelí) fue y continúa siendo un referente de admiración, curiosidad e inquietud para hombres y colectivos residentes fuera de Israel. Los guarismos son impresionantes. Se estima que desde los años 60 y hasta el presente  alrededor de 400.000 voluntarios procedentes de 90 países residieron en los distintos kibutzim de Israel. Un 40% de ellos no eran judíos. Hubo casos que en ciertos kibutzim, el número de voluntarios superó al número de miembros del propio kibutz.

Una faceta interesante a destacar. Según un informe al año 2019, los voluntarios de países occidentales fueron sustituidos por voluntarios chinos, japoneses y coreanos del sur que llegaron a Israel después de haber cumplido su servicio militar y ansiosos de conocer y vivenciar el sistema de vida kibutziano. En la actualidad unos 1000 voluntarios se incorporan cada año  a los  distintos kibutzim de Israel.

Lo que trascendió menos es otro  flujo de voluntarios gentiles que se hacen presentes en  Israel en un espacio diferente y en el contexto de un programa menos conocido. Se estima que alrededor de 800 voluntarios llegan a Israel anualmente en el marco de un programa elaborado por el Ministerio de Bienestar y Seguridad Social de Israel. Los voluntarios provienen de países como Alemania, Finlandia, Holanda, Estados Unidos, Canadá, Japón, Australia, Singapur y otros países. En estos días se está sopesando la posibilidad de renovar la corriente de voluntarios procedente de América del Sur que se interrumpió a raíz  de la pandemia.

Los voluntarios permanecen en Israel en períodos que oscilan entre seis meses y dos años y prestan su ayuda a distintos colectivos como ser en residencias de personas muy  adultas, internados de niños y jóvenes, mujeres víctimas de la violencia doméstica o que abandonaron la prostitución, minusválidos, etc.  El costo del pasaje es solventado por organizaciones del exterior en cuyo marco arriban a Israel y en algunos casos su identificación es tal  que el propio voluntario afronta esta erogación. En su tiempo libre lo aprovechan para visitar y conocer a fondo el país.

¿Cuál es el propósito que anima a estos voluntarios? El Dr. Merón Doctori, docente de la Universidad de Haifa abordó este tópico en su doctorado rotulado Turismo Voluntario. En este contexto, entrevistó a 49 voluntarios de todas las edades, confesiones religiosas y procedencias e incluso siguió personalmente las distintas  actividades desplegadas por   los voluntarios. Su conclusión fue que Israel es un referente y genuino centro de atracción para cristianos que simpatizan con el pueblo judío y el Estado de Israel y para  organizaciones germanas que apuntan a reparar de algún modo el tremendo daño causado por el nazismo al pueblo judío.

Esto último no es casualidad. Todo este emprendimiento comenzó desde el antedicho Ministerio con la  colaboración de  organizaciones alemanas que operan para preservar la memoria histórica del Holocausto.  En este espacio  llegaron a Israel jóvenes germanos para   brindar ayuda a  sobrevivientes del Holocausto, posteriormente comenzaron a operar con otros sectores de la sociedad israelí. En la actualidad el Ministerio de Bienestar y Seguridad Social de Israel opera con 54 organizaciones del exterior, ni más ni menos. En cuanto al perfil de los voluntarios, parte son jóvenes que llegan a Israel luego de haber finalizado sus estudios o cambiado de carrera, otros son jubilados jóvenes que proceden especialmente de Finlandia y Alemania y apuntar a efectuar trabajos de peso y jerarquía acorde a su escala de valores.

Hay casos que merecen ser invocados. Es el caso de la voluntaria alemana Renata Stuer Ackerman que llegó por primera vez a Israel cuando tenía apenas  20 años de edad  y una vez  jubilada, resolvió viajar todos los años a Israel, permanecer un tiempo en el país   y trabajar  en calidad de  voluntaria en un hospital .Se mostró igualmente conmovida cómo Israel evoca el Día del Heroísmo y Holocausto.

Dos tópicos más a destacar de la tesis del Dr. Merón Doctori. Hubo voluntarios que efectuaron tareas semejantes en otros países, pero la experiencia israelí  configuró una vivencia diferente. Entre la gran mayoría de los entrevistados afloró un cambio y una  aproximación positiva hacia el Estado de Israel. Emergió una enorme brecha entre el Israel tal como asoma en los medios de comunicación y en las redes sociales y la realidad  de la sociedad israelí que palmaron y vivenciaron personalmente.

 

Fuente: Aurora Digital



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