Septiembre 28 del 2022

Inmigrantes ucranianos celebran el primer Rosh Hashaná en Israel

Muchos de los miles de nuevos inmigrantes dicen que no habían celebrado las Fiestas Judías en Ucrania, pero que en Israel están aprendiendo a apreciar estas celebraciones junto con sus familias.

 Los inmigrantes ucranianos celebraron su primer Año Nuevo judío en Israel desde que abandonaron su país a raíz de la invasión rusa.

Unos 40.000 inmigrantes ucranianos llegaron, después de haber huido de la guerra, y han buscado la ciudadanía en Israel.

Estos inmigrantes ucranianos pasan sus primeras fiestas judías en Israel. (Gentileza)

 Han pasado poco más de seis meses desde que Lena Kovalenko tuvo que escapar de su casa en Kiev junto con su esposo y sus tres hijos pequeños. Ella dice que la guerra todavía los persigue. «Estábamos en nuestra casa en Kiev cuando comenzó la guerra. Escuchamos una gran explosión y vimos un edificio derrumbarse frente a nosotros», cuenta. «Algunos días después empacamos nuestras pertenencias, tomamos algo de comida y ropa de abrigo, y comenzamos a dirigirnos hacia Israel», añade.

Kovalenko y su familia se establecieron en la ciudad norteña de Nahariya, «Cuando encontramos el apartamento, estaba vacío, sin electricidad ni muebles. Mi esposo tenía un problema médico en las piernas, pero creo que todo estará bien», se esperanza.

«En estos días estamos aprendiendo hebreo, y estoy estudiando la tradición judía como parte de mi conversión al judaísmo. Los niños están aprendiendo hebreo mucho más rápido que nosotros, van a una escuela religiosa y ya saben todas las oraciones de memoria. Cuando los veo regresar felices de la escuela, entiendo que lo que hemos pasado valió la pena», arriesga.

Inmigrantes ucranianos celebran las fiestas judías. (Gentileza)

 El domingo, Kovalenko y su familia celebraron su primer Rosh Hashaná en Israel. «Mi esposo es religioso, así que celebramos ceremonias para las fiestas judías en Ucrania, pero es muy emocionante celebrarlas en Israel. Nos sentimos como en casa desde el primer momento en que aterrizamos aquí».

«El año pasado fue un reto para nosotros. Fue duro y doloroso, pero espero que tengamos un mejor año nuevo. Quiero que mis hijos crezcan bajo cielos brillantes, y espero poder volver a mi antigua profesión en cosméticos», señala Kovalenko. «Finalmente me siento segura y mi confianza en Israel sólo ha crecido».

Daria Polishuk llegó a Israel con sus dos hijos, Amelia y Timofey, pero su esposo Andrei permaneció en Ucrania. «Vivíamos en Sofiivska Borschahivka, a 20 minutos en coche de Kiev. Cuando comenzaron los combates, invitamos a todos nuestros familiares que no tenían electricidad ni agua a que se quedaran con nosotros. Cuando 12 personas se mudaron a nuestra casa, vivíamos muy ajustados, pero estábamos juntos», cuenta Daria.

«Inicialmente esperamos pensando que la guerra terminaría pronto, sin creer que algo así estuviera sucediendo en tiempos modernos», explica. «Tres semanas después vimos a las fuerzas rusas tomar Chernóbil y comenzar la construcción de bases militares donde estaba prohibido cavar debido a la radiación».

Daria Polishuk y su familia. (Gentileza)

 En ese momento Polishuk dice que decidieron mudarse a Israel. «Temíamos que la radiación pudiera propagarse a nosotros y decidimos alejarnos de Ucrania. Mi madre y su esposo me ayudaron a empacar la maleta con ropa de abrigo. Llevé a los niños y nos dirigimos a Moldavia, al consejo israelí», dice.

La familia se mudó a Jerusalem a su llegada. «Lo primero que hicimos fue ir al Muro Occidental y poner notas en él», dice. «Nos alojamos en un hotel durante un mes y luego nos mudamos a vivir con mi suegra en Haifa. Después alquilamos un apartamento que estaba completamente vacío. Los voluntarios de organizaciones que ayudan a los nuevos inmigrantes encontraron electrodomésticos como una nevera y una lavadora», dice.

Daria es regatista profesional y continúa compitiendo en Israel. «Este deporte está menos desarrollado en Israel, pero existen algunos equipos. Mi equipo ganó medallas de oro, plata y bronce», cuenta.

Daria y sus hijos se están aclimatando lentamente a Israel. «Comencé a estudiar hebreo y los niños me están ayudando con la tarea. Hablan mucho sobre la escuela, todo es nuevo para ellos y disfrutan de las tradiciones judías».

«No celebramos las fiestas judías en Ucrania, pero estamos felices de celebrar Rosh Hashaná como familia», añade. «Quieren que su padre esté aquí y celebre con nosotros, pero todavía estamos emocionados».

Dimitri y Laudra Sergeyenko, inmigrantes ucranianos, celebran las fiestas judías.  (Gentileza)

Dimitri y Laudra Sergeyenko vivían en Járkov antes de que comenzaran las hostilidades rusas. «Teníamos una vida organizada, yo trabajaba como vendedor de tractores y mi esposa era bibliotecaria», dice Dimitri. «Teníamos un coche y un bonito apartamento. Cuando comenzó la guerra, nos dimos cuenta de que la vida misma era lo único que importaba», señala.

«Nuestra región fue bombardeada tan fuertemente que no tuvimos tiempo de correr en busca de refugio, simplemente nos sentamos en casa. Nuestra nieta que vive en Israel nos visitó en ese momento, y mantenerla a salvo era nuestra máxima prioridad», cuenta Dimitri.

El 10 de marzo, la pareja decidió dejar su casa con su nieta y venir a Israel. «Al principio sólo pensamos en traer a nuestra nieta de vuelta y regresar a Járkov, pero vimos que no quedaba nada allí», relata.

«Hicimos las maletas y nos dirigimos a Mukachevo, ubicada a 40 kilómetros de la frontera con Hungría. Tuvimos que dejar nuestro coche en la frontera y cruzar a pie. Después de cruzar nos enganchamos a Budapest», narra Dimitri.

«El 28 de marzo, cumpleaños de mi esposa, abordamos el vuelo a Israel. Lloramos, reímos y nos abrazamos, agradecidos de estar vivos», dice Dimitri. «Alquilamos un apartamento vacío y recibimos donaciones de personas, por lo que estoy agradecido», agrega.

Algunos de los miles de inmigrantes que llegaron a Israel.  (Motti Kimchi)

 La pareja se está aclimatando lentamente a la vida en Israel. «Nos gusta estar aquí. Vamos a salir a exposiciones de arte, conciertos y conferencias. Nunca antes habíamos celebrado las fiestas judías, todo es nuevo para nosotros. Los Días Santos Judíos son una oportunidad para que estemos con nuestra familia y nuevos amigos», señala.

«El nuevo año judío presentará una página en blanco para nosotros, con deseos de que estemos tranquilos y felices, nos lo merecemos», considera Dimitri.

Unos 4.000 de los recién llegados, lo hicieron gracias a los esfuerzos de inmigración de la Comunidad Internacional de Cristianos y Judíos, una organización que trabaja para promover la comprensión y la cooperación y construir apoyo entre judíos y cristianos en Israel.

 Inmigrantes ucranianos que llegan a Israel.  (Yariv Katz)

 Los nuevos inmigrantes son apoyados por la organización con la cooperación de los municipios locales en Israel.

«Con la llegada de un nuevo año judío, estamos felices de apoyar a los inmigrantes con su integración en Israel, y de asegurarnos de que cada persona judía que abandonó Ucrania debido a la guerra pueda celebrar Rosh Hashaná con orgullo y alegría junto con su familia», dice Beni Hadad, jefe del departamento de Aliá e integración en la Comunidad Internacional de Cristianos y Judíos.

 

Fuente: Ynet Español



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