Junio 6 de 2022

Cómo Francia casi arrebata la mitad de Jerusalem durante un almuerzo

POR: Shai Ben-Ari

El General Edmund Allenby entró en Jerusalem a pie y declaró la ley marcial. Francois Georges-Picot argumentó que la ciudad debería ser dirigida por una administración conjunta anglo-francesa … (Colección Nacional de Fotografía de la Familia Pritzker en la Biblioteca Nacional de Israel).

El digno y respetuoso General Allenby no cedería ni una pulgada de su dominio de la ley marcial en la recién conquistada Jerusalem. Así lo dijo Lawrence de Arabia, quien estaba ahí.

Todo podría haber sido muy, muy diferente, si las cosas en realidad hubieran salido según lo planeado …

A fines de 1917, Thomas Edward Lawrence, mejor conocido como Lawrence de Arabia, recibió órdenes urgentes. Tenía que dejar inmediatamente de lado su trabajo de ayudar a provocar la revuelta árabe en contra de los turcos otomanos, y unirse al General Edmund Allenby en Palestina.

Eran las últimas etapas de la Gran Guerra -en cuestión de días, Jerusalem caería ante el ejército británico conquistador, después de casi tres años agotadores de luchar en contra de los otomanos y sus aliados imperiales alemanes en la Campaña del Sinaí y Palestina.

La ceremonia fuera de la puerta de entrada a la Torre de David de Jerusalem, 11 de diciembre de 1917. (Colección Nacional de Fotografía de la Familia Pritzker en la Biblioteca Nacional de Israel).

Éste fue un evento histórico -la ciudad santa estaba cambiando de manos. La prensa internacional, que había prestado poca atención a la Campaña de Palestina hasta ahora, se vio envuelta en la emoción. Después de todo, el General Allenby había tenido éxito donde incluso Ricardo Corazón de León había fracasado.

Lawrence logró conseguir una invitación para la muy esperada ceremonia de entrega del 11 de diciembre. Carecía de la vestimenta adecuada para tal evento, necesitó pedir prestado un uniforme limpio y un sombrero de bronce, pero entró a la Ciudad Vieja a través de la Puerta de Yafo, varios pasos detrás de Allenby, que caminaba a pie en señal de respeto. Lawrence estaba presente mientras el general anunció a los dignatarios reunidos frente a la Torre de David que la ciudad estaba ahora oficialmente bajo la ley marcial. Aunque escribió poco más sobre la ceremonia, Lawrence notó, ¨Para mí, fue el momento supremo de la guerra¨.

No obstante, en su libro clásico, Siete Pilares de Sabiduría, el inglés sí elaboró sobre un peculiar intercambio que se desarrolló inmediatamente después de la ceremonia, durante un almuerzo bastante impresionante (para los estándares militares), en el pintoresco pueblo cercano de Ein Karem.

Allenby habla a los dignatarios reunidos. Su declaración de la ley marcial señaló el inicio del dominio británico en Jerusalem. (Esta foto es parte del proyecto de la Red de Archivos de Israel [IAN por sus siglas en inglés] y se ha hecho accesible gracias a los esfuerzos colaborativos del Archivo Yad Ben Zvi, el Ministerio de Jerusalem y Patrimonio y la Biblioteca Nacional de Israel).

Los ayudantes empujaron y de grandes canastas sacaron un almuerzo variado, elaborado y suculento. Sobre nosotros cayó un breve espacio de silencio, para ser roto por Monsieur Picot, el representante político francés […] quien dijo con su voz aflautada: ´Y mañana, mi querido general, tomaré las medidas necesarias para establecer un gobierno civil en esta ciudad´.

[…] Siguió el silencio, como cuando abrieron el séptimo sello en el cielo. Ensalada, mayonesa de pollo y sándwiches de fois gras colgaban de nuestras bocas húmedas sin masticar, mientras nos volvíamos hacia Allenby y quedábamos boquiabiertos. Incluso él parecía, por el momento, perdido. Comenzamos a temer que el ídolo pudiera revelar una fragilidad. Pero su rostro se puso rojo: tragó, con la barbilla hacia delante (de la manera que nosotros amábamos), mientras decía, sombríamente, ´En la zona militar, la única autoridad es la del Comandante en Jefe – yo mismo´.

Picot protestó aún más, pero fue interrumpido por Allenby, quien dejó claro que el gobierno civil sólo sería establecido cuando él lo considerara adecuado.

Parece que Francois Georges-Picot estaba bajo la impresión de que Francia y Gran Bretaña compartirían las autoridades administrativas en Jerusalem, ahora que la ciudad había caído en manos de las Potencias Aliadas. Claramente, Allenby no lo iba a aceptar.

T.E. Lawrence, ´Lawrence de Arabia´, fotografiado por Lowell Thomas en 1919. Lawrence estuvo presente tanto en la ceremonia en la Puerta de Yafo, como también en el incidente diplomático en el almuerzo.

Es posible que el intercambio fuera aún peor de lo que Lawrence describe. Otro testigo, un oficial francés de nombre Louis Massignon, quien era parte de la delegación de Picot, más tarde escribió que ¨Allenby amenazó duramente a Picot con arrestarlo si interfería¨. El general británico, apodado ¨El Toro¨, medía 6 pies y 2 pulgadas de alto, y era conocido por su temperamento impredecible e imponente presencia.

La verdad es que Picot tenía razón. El diplomático francés, junto con su homólogo británico, Mark Sykes, había sido uno de los principales formuladores del famoso ¨Acuerdo Sykes-Picot¨.

Según los términos de este tratado secreto firmado en enero de 1916, Jerusalem y la mayor parte de lo que había sido la Palestina Otomana pasarían a estar bajo administración internacional, con la conclusión de la guerra. Hasta entonces, según Picot, todas las secciones conquistadas de Palestina debían ser gobernadas por una administración conjunta anglo-francesa.

El General Allenby, ´El Toro´, retratado en un bosquejo de 1917.

En esta etapa, sin embargo, los británicos tenían otras ideas. Después de todo, ellos habían luchado y sangrado en esta región durante años. Hubo importantes retrocesos a lo largo del camino, incluyendo dos derrotas militares en Gaza. Sufrieron más de 60,000 bajas en batalla con casi 17,000 muertos durante el curso de la campaña (vale la pena señalar que gran parte de la base provenía de los confines del Imperio Británico, incluida India, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda). La contribución francesa en Palestina fue mínima en comparación. Los británicos no tenían intención de ceder ahora el control de los grandes premios debido a un acuerdo que ni siquiera era de conocimiento público.

Con la declaración de Allenby de la ley marcial, cualquier conversación seria de una administración conjunta o internacional se pospuso indefinidamente. La ley marcial británica permaneció vigente hasta el verano de 1920, cuando una administración civil fue finalmente establecida, bajo el Mandato Británico, sin participación francesa o internacional.

Francois Georges-Picot fue nombrado alto comisionado de Francia en Palestina y Siria en 1917, pero nunca ocupó ninguna autoridad efectiva en Palestina debido a las objeciones de Allenby. (L´Illustration).

La pelea diplomática breve y más bien informal descrita anteriormente por Lawrence puede muy bien haber cambiado el curso de la historia de Medio Oriente. ¿Cómo se habría visto una Jerusalem anglo-francesa? Uno sólo puede imaginar …

Si no hubiera sido por la resistencia verbal de Allenby, que planteó mientras masticaba su sándwich de fois gras, es posible que nunca hubiera habido un Mandato Británico en Palestina. Si, de hecho, se hubiera establecido una administración internacional en Palestina, según los términos del Acuerdo Sykes-Picot, ¿habría existido alguna vez el Estado de Israel? Podría decirse que no.

Una tarjeta de felicitación de Hanukkah en hebreo de 1917 celebrando la ´Liberación de Jerusalem´. Presenta a Allenby en un atuendo colonial, soldados de la Legión Judía y un retrato de Matityahu, el sacerdote judío a quien se le atribuye haber ayudado a desencadenar la Revuelta de los Macabeos. (Este artículo es parte del proyecto de la Red de Archivos de Israel (IAN) y se ha hecho accesible gracias a los esfuerzos colaborativos del Archivo Yad Ben Zvi, el Ministerio de Jerusalem y Patrimonio y la Biblioteca Nacional de Israel).

El nombre de Edmund Allenby (quien más tarde fue ascendido al rango de mariscal de campo y se le otorgó el título de ¨vizconde de Meguido y de Felixtowe en el Condado de Suffolk¨) adorna hoy innumerables calles, puentes, parques y plazas de ciudades en todo Israel. Estos honores celebran las considerables hazañas militares de este oficial, pero su posición a la hora del almuerzo contra la intervención francesa puede haber sido crucial.

Este artículo apareció por primera vez en The Librarians, la publicación oficial en línea de la Biblioteca Nacional de Israel dedicada a la historia, patrimonio y cultura judía, israelí y de Medio Oriente.

Más Lectura:

Siete Pilares de Sabiduría, de T.E. Lawrence, Dell Publishing, 1926.

La Fantasía de una Jerusalem Internacional, de Martin Kramer, Mosaic Magazine, 2017.

Sobre el Autor

Shai es un escritor, editor y periodista que edita el sitio web y el blog de la Biblioteca Nacional de Israel. Recientemente se mudó de regreso a una de sus ciudades favoritas en el mundo, Jerusalem, donde vive con su esposa Maya y sus gatos Toby y Shimi.

 

Traducción: Comunidad Judía de Guayaquil
Fuente: The Times of Israel
 

 

 



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