El proyecto de restauración de la sinagoga Izmir revela la deslumbrante historia de una antigua joya de la Diáspora

POR: David I. Klein

Una foto del interior de la sinagoga Sinyora en Izmir, Turquía.

Nueve casas de culto judías abrirán al público en un vecindario que alberga uno de los mercados abiertos más grandes del mundo, con turistas de Europa y más allá.

ESTAMBUL (JTA).- Una vez una joya de la Diáspora, hace 150 años la comunidad judía de Izmir en la costa del mar Egeo de Turquía, contaba con 30,000 personas. Fue el hogar de notables figuras, desde el cantante en ladino Darío Moreno hasta el renombrado rabino Haim Pallachi y el infame falso mesías Shabbetai Tzvi. Hoy, la comunidad judía de la ciudad se ha reducido apenas a 1,000 miembros. Pero los residentes y visitantes de Izmir pronto podrán hacerse una idea de cómo era la ciudad cuando era el hogar de la tercera comunidad judía más grande del imperio otomano.

Gracias al proyecto de patrimonio judío de Izmir, nueve sinagogas históricas en el casco antiguo de Izmir, conocido como Kemeralti, han sido restauradas y pronto abrirán al público como museos, empezando en junio. El vecindario, que se encuentra no lejos de un paseo marítimo en el Golfo de Izmir, es uno de los mercados abiertos más grandes del mundo, atrayendo a turistas de toda Europa y de más allá.

La restauración de la sinagoga Talmud Torah está en marcha.

¨Puedes encontrar lo que quieras ahí, puedes probar cualquier comida, oler cualquier aroma¨, le dijo Nesim Bencoya, director del proyecto de patrimonio, a la Jewish Telegraphic Agency. Hoy en día, su horizonte está dominado por los minaretes de sus muchas mezquitas y las torres de las iglesias que pertenecen a la comunidad griega ortodoxa, cuyos miembros también fueron una vez una característica definitoria de la diversidad de Izmir.

Cuando el proyecto abra, Bencoya espera que las sinagogas se les unirán como un importante aspecto del carácter de Kemeralti. ¨Incluso si no hubiera un solo judío en Izmir, la gente podrá decir, mira, aquí hubo una vez una civilización judía¨, dijo.

Seis de las nueve sinagogas se encuentran una al lado de la otra, prácticamente pared con pared, rodeando un patio, mientras que las otras tres estás dispersas por el barrio. Además de las sinagogas, también está en proceso de restauración la antigua oficina del rabino en jefe de la ciudad. A sólo unos minutos a pie en el vecindario está la casa de la niñez de Shabbetai Tzvi y un edificio que una vez albergó una bodega kosher.

Una vez completas, las sinagogas servirán como un museo viviente para la historia judía de Izmir, con exposiciones sobre costumbres locales, así como sobre la historia de las sinagogas individualmente y sus congregantes -como la sinagoga Algazi, que debe su nombre a la familia musical de su rabino, o la sinagoga Portekiz, que fue fundada en el siglo XVI por judíos norafricanos de ascendencia portuguesa.

El interior de una sinagoga en Izmir, Turquía.

Izmir no es la única ciudad de Turquía que está viendo restauradas sus antiguas sinagogas. En años recientes, Edirne, una ciudad en la frontera con Bulgaria, y Kilis, una ciudad en el este de Turquía cerca de Siria, han restaurado ambas sus sinagogas abandonas por largo tiempo gracias al financiamiento del gobierno.

Hoy en día no vive ningún judío en ninguna de las dos ciudades, y los más escépticos han apuntado a las campañas como una manera de que el presidente turco, Tayyip Erdogan, un hombre fuerte con una historia de declaraciones controversiales sobre Israel, evada las acusaciones de antisemitismo. Pero otros dicen que se deriva de un genuino aprecio por la ahora menguante comunidad judía del país.

Bencoya dijo que su proyecto, que está financiado en su mayor parte por la Unión Europea, fue inspirado por la restauración de otros históricos barrios judíos, como la que fue hecha en Praga, cuyo barrio judío es ahora una importante atracción para los visitantes a la ciudad europea central. Pequeños pueblos en España también están buscando renovar (y en algunos casos desenterrar) sinagogas antiguas.

¨Tomamos como nuestro ejemplo al museo judío de Praga¨, dijo Bencoya. ¨En el 2017, tuvieron 716,000 visitantes. Si eso nos sucede a nosotros, vamos a ser ricos¨.

Si tiene éxito, el proyecto, espera él, ayudará a aliviar los gastos de la menguante comunidad para que puedan permitirse mantener su patrimonio.

Nesim Bencoya en diciembre del 2021.

¨Ayudará a la comunidad, tendrán un ingreso para cuidar de estos lugares, y para cualquier otra cosa que necesiten¨, dijo Bencoya. ¨El turismo de Izmir también se beneficiará, los hoteles, restaurantes, taxis, todo lo que los turistas culturales puedan traer a la ciudad¨. Como Praga, hay mucho que mantener ya que la comunidad se remonta a un largo camino.

Una comunidad antigua

Los judíos han vivido en Izmir, una vez conocida en griego como Smyrna, desde la antigüedad. Debido a que la ciudad también era un centro del cristianismo temprano, los judíos fueron mencionados en documentos de la iglesia que se remontan al siglo II de la Era Común. La más antigua de las sinagogas renovadas, Etz Hayim, está atestiguada en registros que datan de los años 1600, pero la tradición local sostiene que ha existido desde la era del imperio bizantino.

Como en otras partes de Turquía, la ciudad vio varias oleadas de vida judía, desde los judíos romaniotas de habla griega de la era bizantina hasta la comunidad sefaradí traída por los otomanos después de su expulsión de España en 1492.

La relativa tolerancia otorgada por el imperio otomano, permitió que la comunidad floreciera, y para principios del siglo XX, los judíos de habla ladina constituían hasta el 10 por ciento de la ciudad, el segundo grupo no turco más grande después de los griegos, que constituían aproximadamente la mitad de la ciudad.

La sinagoga Shalom es parte del proyecto del Patrimonio Judío de Izmir.

¨No somos recién llegados aquí, somos ciudadanos muy antiguos de esta tierra¨, destacó Bencoya.

Bencoya, quien tiene 66 años, nació y se crio en Izmir. Como muchos otros judíos turcos durante el siglo pasado, a la edad de 19 años emigró a Israel, esperando dejar atrás Turquía para siempre. Vivió en Israel por 39 años antes de regresar a la ciudad de su juventud en el 2010.

¨Ya sabes, cuando empiezas a tener 40 o 45 años, comienzas a pensar sobre tus orígenes¨, dijo.

En Israel, había sido director de la cinemateca de Haifa. Después de escuchar de otros judíos de Izmir que la comunidad estaba interesada en conservar los lugares judíos de la ciudad, fue elegido para liderar el proyecto.

Bencoya también tiene sus propias intenciones, luchar contra el antisemitismo exhibiendo audazmente los aspectos religiosos y seculares de su cultura. Él y todos los demás involucrados en el proyecto esperan que atraiga a muchos más visitantes no judíos que judíos, y proporcionar un espacio para el diálogo cultural entre judíos y no judíos en un país donde la retórica antisemita a menudo es normalizada.

La sinagoga Bikur Holim.

Una vista de la sinagoga Beth Israel en Izmir, Turquía, en el 2010.

¨¿Cómo combatiré el antisemitismo? No con armas por supuesto, sino mostrándome a mí mismo con orgullo¨, dijo Bencoya. ¨Los judíos aquí han tendido a esconderse y tenemos proverbios que dicen, ´No te involucres en política´, [y] ´Es mejor si las personas no nos notan´. Quiero que la gente nos note. Quiero ser tomado en cuenta. Quiero participar en el proceso de toma de decisiones. De eso se trata este proyecto¨.

¨La gente viene y ve, y traerá dinero a la ciudad, todo Izmir se beneficiará, judíos y no judíos¨, agregó.

Espera que también ayude a apuntalar el orgullo de la comunidad judía.

¨Entre más exitoso sea, más fuerte hará a nuestra comunidad¨, dijo Bencoya. ¨Y quizás la gente no sólo se marchará e irá a Israel, sino que estarán aquí por otros 100 años -al menos otros 100 años¨.

 

Traducción: Comunidad Judía de Guayaquil

 

 



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