Fundamentalmente Freund: Dejen de llamarlo «Antiguo Testamento»

Estudiando la Torá. (Crédito de la foto: ILUSTRATIVO: MARC ISRAELSELLEM)

En un momento de creciente antisemitismo en Europa e incluso en Norteamérica, es aún más esencial que se tomen medidas para defender la integridad del judaísmo y sus textos sagrados.

Recientemente, en un episodio del popular programa de televisión estadounidense Dateline NBC, el veterano periodista Dennis Murphy repitió una rancia falsa noticia anti-judía, una que a pesar de su popularidad es, no obstante, tan ofensiva como inapropiada.

«El lenguaje retórico que utilizó en su correo electrónico a su ex tenía una especie de ferocidad bíblica del Antiguo Testamento», dijo Murphy a una entrevistada, refiriéndose a los mensajes que supuestamente ella había enviado, que incluían frases tales como como: «Espero por Dios que estés listo para el dolor que te voy a mostrar.» “Quémate en las ardientes fosas del infierno esta noche según la ley de Dios», dice otro.

Dejando a un lado el hecho de que la palabra «infierno» no aparece ni siquiera una vez en la Biblia hebrea, la caracterización maleducada y mal informada de Murphy del Libro de los Libros es algo que debería despertar la ira de todos los que se enorgullecen de la herencia de nuestro pueblo.

Después de todo, fue el Tanakh el que legó al mundo valores tales como caridad, hermandad y perdón. Y fue el Tanakh el que desafió al hombre a vivir por los más altos estándares de moralidad y ética, y que sigue inspirando a innumerables judíos y otros hasta el día de hoy.

Describir a la Biblia hebrea como «feroz» o cruel no es sólo un acto de iniquidad hacia el texto mismo, sino una afrenta hiriente a los que aprecian sus enseñanzas y tratan de cumplir con sus mandamientos.

Y hacerlo en el contexto de un programa de televisión en horario estelar visto por millones de espectadores, es mancillar la fe y el legado del pueblo judío de manera pública y humillante.

Desafortunadamente, Murphy no está solo en su prejuicio. Abundan los ejemplos desde el entretenimiento hasta la arena política.

El mes pasado, un miembro irlandés del Parlamento Europeo llamado Luke Flanagan criticó al Ministro de Salud de Irlanda, Simon Harris, por su política sobre la marihuana medicinal al afirmar que «Nuestro Ministro de Salud es como el Dios del Antiguo Testamento – malicioso.”

¿Qué tipo de basura es eso? Cómo se atreve Flanagan o Murphy, o cualquier persona, a calumniar al Dios de Israel en tales términos.

¿Hablarían de otras religiones, desde el Islam hasta el budismo, en una manera tan despectiva? Un problema aún más profundo es el uso del término «Antiguo Testamento», que sugiere que la Biblia hebrea está obsoleta y arcaica, como un zapato viejo o un coche pasado de moda que debe ser desechado.

De hecho, es difícil conciliar la obvia contradicción trabajada aquí: la civilización occidental a menudo invoca con orgullo su «patrimonio judeo-cristiano», y sin embargo la base misma de ese patrimonio – la Biblia hebrea – es implícitamente vilipendiada y degradada como si fuera una reliquia de una era pasada en lugar del texto vivo que es.

Esto puede sonar como algo poco más que una cuestión de semántica, pero las etiquetas tienen poder y afectan cómo las personas perciben las cosas y la medida en que los valoran.

Para los judíos, lo que muchos llaman el Antiguo Testamento, es de hecho, el Único Testamento.

Es la base del judaísmo, el documento fundacional que define nuestra fe así como nuestra relación con Dios y con nuestros semejantes.

Como el ex jefe rabino británico Jonathan Sacks señaló una vez: «Uno de los momentos más trágicos de la civilización occidental llegó cuando los cristianos comenzaron a distinguir entre lo que ellos llamaban ‘el Dios de Venganza del Antiguo Testamento» en contraposición al «Dios de Amor del Nuevo Testamento». Esto no es un pequeño error. Uno tiembla al pensar cuántos judíos perdieron la vida debido a eso.»

Obviamente, los cristianos tienen el derecho de creer lo que deseen sobre la relevancia o aplicabilidad de lo que ellos llaman el Antiguo Testamento.

Pero usar esa frase en el discurso público, o incluso en conversación casual, es algo que es perjudicial para los judíos, nuestras creencias y nuestra tradición.

Hay muchos otros términos, como Biblia hebrea o Tanakh, que pueden utilizarse en su lugar que no llevan el mismo peso despectivo, y cuyo uso podría ayudar a mejorar la comprensión y el respeto mutuo.

En un momento de creciente antisemitismo en Europa e incluso en Norteamérica, es aún más esencial que se tomen medidas para defender la integridad del judaísmo y sus textos sagrados.

Un buen punto de partida sería animar a los medios de comunicación y a las figuras públicas a dar al Dios de Israel y Su Torá el respeto que les corresponde.

 

Fuente: The Jerusalem Post
Traducción: Comunidad Judía de Guayaquil



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