Falleció Vera Rubin, la astrónoma judía que descubrió la materia oscura

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Vera Rubin, astrónoma estadounidense, murió el domingo a los 88 años, en Princeton, Nueva Jersey. La científica judía fue considerada una de las astrofísicas más importantes porque descubrió evidencia de materia oscura, la cual se considera uno de los avances más significativos y fundamentales de la astronomía durante el siglo XX, sino también porque cambió la manera de imaginar el universo, inspiró a muchas mujeres a dedicarse profesionalmente a la astronomía y lucho dedicadamente por la igualdad de las mujeres en el mundo de la ciencia.

Al principio de su carrera, hizo descubrimientos que desafiaron teorías aceptadas en astronomía, pero rara vez fue tomada en serio por otros astrónomos, la mayoría de ellos hombres. Cuando ella se aplicó a la escuela de posgrado en la Universidad de Princeton a finales de 1940, se le dijo rotundamente, «Princeton no acepta a las mujeres». Rubin siguió adelante, recibiendo finalmente un doctorado de la Universidad de Georgetown mientras criaba a cuatro niños.

Rubin, que hizo gran parte de su trabajo en la Institución Carnegie, ha sido llamada un «tesoro nacional» por el presidente de la organización. Durante los años 60 y 70, descubrió que las estrellas en el exterior de la galaxia se movían tan rápido como las del centro, lo que, como ya se sabe, no encajaba con la teoría gravitatoria newtoniana. Entonces, fue en ese momento cuando descubrió que debía ser materia oscura.

«La existencia de la materia oscura ha revolucionado totalmente nuestro concepto del universo y nuestro campo entero», dijo la astrónoma de la Universidad de Washington, Emily Levesque, a la revista Astronomy este año. «El esfuerzo en curso para comprender el papel de la materia oscura ha generado básicamente subcampos enteros dentro de la astrofísica y la física de partículas».

Adam Frank, un astrofísico que escribe para el blog de NPR 13,7, manifestó: «Fue el famoso trabajo de Vera Rubin en la década de 1970 lo que demostró que prácticamente todas las galaxias espirales estaban girando demasiado rápido para ser contabilizadas por la atracción gravitatoria de su materia «luminosa». Rubin y otros razonaron que tenía que haber una esfera gigante de material invisible que rodea a las estrellas en estas galaxias, tirando de ellas y acelerando sus órbitas alrededor del centro de la galaxia”

Rubin era una defensora de las mujeres en las ciencias, especialmente porque ella era, a menudo, la única mujer en el campo. Por ejemplo, fue la única astronómica que se graduó de la universidad de mujeres Vassar en 1948. Cuando Rubin fue nominada por la Academia Nacional de Ciencias y galardonada con la Medalla Nacional de Ciencias, declaró: «Vivo y trabajo con tres suposiciones básicas: 1) No hay ningún problema en la ciencia que pueda ser resuelto por un hombre que no pueda ser resuelto por una mujer. 2) En todo el mundo, la mitad de todos los cerebros están en mujeres. 3) Todos necesitamos permiso para hacer ciencia, pero por razones que están profundamente arraigadas en la historia, este permiso se da con más frecuencia a los hombres que a las mujeres».

Los descubrimientos científicos de Rubin tampoco cambiaron sus creencias religiosas. En una entrevista, ella dijo: «En mi propia vida, mi ciencia y mi religión están separadas. Soy judía, la religión para mí es una especie de código moral y una especie de historia. Trato de hacer mi ciencia de una manera moral y creo que debe ser considerada como algo que nos ayuda a entender nuestro papel en el universo».

 

Fuente: Diario Iton Gadol



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