Botas kosher en el suelo: El rabino que sirve en una unidad de élite del ejército de estados unidos

Rabino Michael (Michoel) Harari

Barbas, flexiones y patriotismo -una mirada a la vida del rabino Capitán Michael Harari, capellán de un batallón de reconocimiento de ataque del Ejército de Estados Unidos.

Más de 100 diferentes denominaciones religiosas están actualmente representadas entre las filas del ejército estadounidense -evidencia del perfil ampliamente diverso de la sociedad estadounidense. Hoy, el pluralismo religioso está considerado una bendición, pero ese no fue siempre el caso. Fue solo a continuación de la Primera Guerra Mundial que las diferentes ramas del servicio permitieron que los capellanes usaran otra insignia que la cruz cristiana, y hubiera autorización para usar la Estrella de David (así como la cruz latina) para marcar las tumbas de los soldados.

Una nueva tendencia en el pluralismo religioso de las fuerzas armadas de Estados Unidos ha llegado a ser evidente en años recientes, a medida que la política respecto a la apariencia de uno en uniforme se ha hecho más flexible. Recientemente, el ejército anunció que permitiría que los hombres conservaran sus barbas por razones religiosas, y lo mismo con turbantes para los hombres sijs, hiyabs para soldados mujeres musulmanas y kippot para los judíos. El cambio ha sido lento y ha sido impulsado por varios juicios, uno de los cuales fue presentado por el rabino Mendy Stern de Jabad, y ayudó a abrir la puerta para los hombres barbados de todas las religiones.

El rabino Capitán Michael Harari.

Uno de los primeros beneficiarios de la nueva política es el rabino Michael (Michoel) Harari, de 37 años, quien ha servido por alrededor de dos años como capellán de un batallón de combate de élite del ejército. Actualmente él vive con su esposa y sus seis hijos en la Base Conjunta Lewis-McCord, en las afueras de Tacoma, Washington.

El rabino Capitán Michael Harari.

En una conversación con Haaretz, Harari, quien también es afiliado de Jabad, ofrece una mirada a la vida judía hoy en una base del ejército estadounidense. Él mismo, un atlético rabino de combate, también puede decirse que desafía el estereotipo de un israelí de un hombre judío estadounidense.

Por mi conocimiento de las Fuerzas de Defensa de Israel, cada unidad tiene su propia mitología, una narrativa fundadora utilizada para reclutar e inspirar a sus soldados: ¿Hay una historia formadora para el Cuerpo de Capellanes?

«Cuando yo estaba en la escuela de capellanía, leí un libro llamado ´Mar de Gloria´, el cual contaba una versión de ficción de la increíble historia del hundimiento del barco de transporte de tropas Dorchester, en 1943. El barco, el cual estaba llevando cientos de tropas, estaba en una misión durante la Segunda Guerra Mundial, y a bordo había cuatro capellanes -dos protestantes, uno católico y un rabino. Un submarino alemán disparó una serie de torpedos contra el barco, el cual fue alcanzado y empezó a hundirse. Cuando el rabino vio que había soldados jóvenes que no tenían un chaleco salvavidas, él y los otros capellanes se sacaron sus propios chalecos salvavidas y se los dieron.

«El libro fue escrito por un familiar de uno de los capellanes, y al final describe a tres de los cuatros hombres de pie, hombro a hombre, mientras el barco se estaba hundiendo en el océano, cantando no sé qué, quizás «Shema Ysrael». Esa es la última imagen de ellos de la gente, de pie juntos, unidos para hacer lo que necesitaban hacer: salvar a otros».

Es casi como las historias de los mártires de la tradición religiosa judía, pero muy estadounidense y con un mensaje interreligioso. ¿Qué significa esto para usted como rabino?

«Creciendo en una comunidad muy judía, en el condado Dade de Miami, en Florida, la mayoría de las personas en mi entorno fueron durante mucho tiempo otros judíos observantes, estudiantes de yeshivá, rabinos. Es verdad que donde yo vivía, en Surfside, no era exactamente Mea She´arim o New York [en términos de la manera de vida de Jabad], pero nuestro entorno era judío, y cuando veía a alguien usando una kippa, me sentía muy bien. Así que mi mundo era un poco estrecho, y ver o leer sobre otros rabinos que pudieron conectar con otra gente, ayudar a personas de cualquier religión, de todas las religiones -fue definitivamente muy conmovedor. Incluso me ayudó a comprender mejor al Rebbe Lubavitcher».

¿De qué manera? Usted creció en Jabad, y cuando se enlistó en el ejército ya era un rabino y shaliah [emisario] de Jabad.

«Usted podría pensar: Si él es un rabino de Jabad, debe ser de mente cerrada, mantener a su esposa encerrada en la cocina. Pero nosotros aprendemos historias sobre el Rebbe, sobre lo influyente y útil que fue, para todos. Cuando alguien entraba a su oficina, y cuando veía algo que podía arreglar, no decía primero: Discúlpeme, ¿usted es judío? [Su enfoque era:] Quienquiera que seas, si estás viniendo a mí, te ayudaré. Es un paradigma muy interesante en este ambiente, donde conoces y trabajas con mucha gente buena, y con quienes puedes hacer muchas cosas buenas, si trabajas juntos.

«Éste es un modelo que creo puede funcionar muy bien para cada rabino de Jabad. Si el Rebbe podía dedicar su tiempo con alguien sólo porque necesitaba ayuda, ¿por qué deberíamos defraudar al mundo, y decir que los problemas de otras personas son sus problemas, déjelos que vayan a ver a su sacerdote?»

Se abre una puerta

Las pautas del ejército de Estados Unidos prometen «libre expresión de religión y/o práctica religiosa para todo el personal asignado». Pero los turbantes, hiyabs y las barbas como la suya nunca fueron consideradas expresiones legítimas hasta que la gente desafió al ejército en la corte. Usted es uno de los primeros beneficiarios del cambio.

«Hay más diversidad, y creo que es para mejor. Mi amigo el rabino Mendy Stern, quien también es un capellán del ejército, fue uno de los que en el 2011 abrió la puerta para mí y para otros, no solamente judíos, con su demanda. Lo que Mendy dijo, básicamente, fue que la política militar era discriminatoria y que nosotros, los hombres con barba, todavía éramos capaces de la misión. Él también le contó a la corte cómo, para los judíos religiosos, y especialmente en Jabad, no tener una barba no es una opción. [El caso de Stern resultó en un acuerdo a su favor, pero varios años después, el ejército revisó su política general.] Él es el primer soldado en servicio activo en el ejército, en cualquiera rama, con una barba, bajo lo que es, hoy, una nueva política. Yo soy el segundo rabino así».

Antes de ese cambio, usted hubiera tenido que elegir entre el uniforme y una barba. ¿Qué elegiría si tuviera que hacerlo?

«Sin el cambio en la política, hubiéramos tenido que rasurarnos, y para mí como un Jasid de Jabad, eso no era una opción. Sin la barba, hubiera sido imposible servir para mí. Yo no actué antes del cambio de la política sobre las barbas».

En primer lugar, ¿Qué estaba haciendo un rabino joven enlistándose en el ejército?

«El ejército es algo sobre lo que siempre estaba pensando. Mi abuelo sirvió. Él se ofreció voluntariamente en 1942 después de Pearl Harbor, y permaneció en servicio hasta 1974. Mi padre, quien creció en Egipto y se mudó a Estados Unidos, fue reclutado y sirvió durante la Guerra de Vietnam. Mis tíos también sirvieron y mi cuñado es, hoy, un aviador infante de marina. Yo fui por la ruta de la yeshivá; sin embargo, es algo que siempre quise hacer, pero esperé para ver lo que sucedía con la demanda de Mendy Stern. Cuando él tuvo éxito, abrió la puerta para nosotros.

«En el 2005, comencé a ir en la ruta de la marina. Quería ser un capellán, y la marina me parecía el lugar para mí. Soy un chico de playa. Me encanta estar en el mar, me encanta pescar, amo el océano. Pero no funcionó con la marina, y después de consultar con mis patrocinadores y amigos de Jabad, llegué a la conclusión que el ejército sería más adecuado».

¿Cuál es la diferencia? ¿No está sirviendo como un rabino, sin importar la rama en la que está?

«En la marina, como un rabino, tienes una sinagoga y una oficina o lugar de reunión, y los soldados vienen a ti. El ejército es mucho más personal, lo que significa que estás en el campo con tus soldados. Cuando ellos están caminando, escalando, o saltando de los aviones en las unidades de paracaidistas -tú estás con ellos. Hagan lo que hagan, un capellán del ejército lo hará con ellos, incluyendo saltar. En la marina y la fuerza aérea, es más como un rabinato estándar».

¿Es el acto de enlistarse como rabino diferente al de otras profesiones militares?

El rabino Capitán Michael Harari.

«No, en Estados Unidos siempre te revisan; estudian tus antecedentes y hacen su tarea. Tienes que pasar una prueba académica, y luego una prueba de aptitud física -chequean tu carrera, tus flexiones, tus lagartijas, y cosas como esas, y eso define el tipo de unidades en las que podrías encajar, basándose en tu puntuación.

«Una vez que has sido aceptado, fijas una cita con un oficial superior, coronel o más alto, y ellos te juramentan. Haces un juramento, en el cual afirmas defender la Constitución de Estados Unidos contra todos los enemigos, tanto extranjeros como domésticos, y dices que vas a apoyar al presidente y a tu país. En el 2017, yo hice el juramento.

«Una vez que estás adentro, eres enviado por cuatro meses a entrenamiento básico en Fort Jackson, Carolina del Sur. El siguiente paso es para tres tipos de profesionales -capellanes, abogados y médicos. Hice ese curso con oficiales protestantes, católicos, musulmanes, todos nosotros juntos. Vamos a un curso de liderazgo de oficiales juntos, también en Fort Jackson, al final del cual te unes a una unidad y base, en algún lugar del mundo, con tu familia».

«Cavando trincheras».

Y ahora está unido a los helicópteros de ataque Apache. Cuénteme sobre su unidad.

«Soy el rabino del 1er Batallón del 229no Regimiento de Aviación. Es una unidad altamente condecorada, bien conocida desde la Segunda Guerra Mundial y Vietnam. Es un equipo de ataque que se une a cualquier unidad de avanzada con el helicóptero de ataque Apache AH-64. Esa es nuestra plataforma para proporcionar apoyo para las tropas de tierra. Todos entrenan como infantería, aunque tenemos unidades de línea y tenemos pilotos. Tenemos alrededor de 800 personas, incluyendo tropas terrestres, pilotos, abastecedores, mecánicos, mantenimiento o lo que sea». Como capellán, puedo ser destinado con las fuerzas del ejército de Estados Unidos en misiones en el extranjero, dice él.

¿Cuál es la función del capellán?

«El capellán hace todo lo que el soldado hace -excepto que en el ejército de Estados Unidos, no somos combatientes. Así que no estamos destinados a tomar posiciones ofensivas u atacar objetivos. Como parte del personal de comando, estamos ahí para apoyar a nuestra unidad, pero sea lo que sea que nuestros soldados hagan -si están entrenando en técnicas para evadir al enemigo, o cavando trincheras, haciendo vigilancia y cosas como esas -nosotros tenemos que estar anidados dentro de la unidad, y no ser una carga ni ralentizarlos.

«Durante los períodos de rutina, estamos ahí para proporcionar apoyo a todos los que están en el terreno, para ofrecer al comandante consejo religioso y proporcionar apoyo para los soldados emocional, mental y moralmente. Todos los 800 soldados tienen acceso libre a tu oficina. Las personas te cuentan sobre problemas personales que los están molestando».

¿Cuál es la filosofía detrás de eso, y por qué un no-judío elegiría consultar a un rabino judío? Debe haber un psicólogo militar en la base.

«El ejército está interesado en la preparación para la misión. Si no estás organizado en casa, ¿qué gran guerrero podrías ser? El objetivo es asegurar que los soldados están bien cuidados, y que ellos están viniendo de un lugar bueno y de apoyo. Ellos saben que cualquier cosa que suceda dentro de nuestro ambiente es mantenida completamente confidencial. Incluso en la corte, no me está permitido revelar nada sobre lo que ellos hablan conmigo. Algunos podrían ir a un terapista -lo cual yo no soy -pero otros vendrán a mí porque, como capellán, tú estás con las ´botas en el terreno´ con tus soldados, haces EF (entrenamiento físico) con ellos, ejercitas con ellos. Así que ellos te conocen, y también se puede haber corrido la voz de que he podido ayudar a los soldados».

El Capitán Michael Harari, capellán del 1-229no Batallón de Reconocimiento de Ataque, recibe un Medalla de Reconocimiento del Ejército por sus acciones para evitar un suicidio, 30 de agosto del 2018.

¿Qué más está bajo su responsabilidad?

«Si hay algo que no está claro respecto a los derechos de los soldados en las fiestas, o ayunar en Yom Kippur -estamos ahí. Durante las fiestas, los soldados judíos vienen a nuestros minyamim [servicios de oración], y los soldados vienen a la sukkah que hago.

«Mi trabajo principal es como capellán de un batallón, y el segundo sombrero que uso es el de rabino «a cargo» -para todos los judíos en la base, incluyendo aquellos en la fuerza aérea. Manejo todos los acontecimientos judíos en la base, la cual tiene 40,000 personas. Dirijo los minyamim en Shabbat y las fiestas, y las clases, y cosas como esas»

¿Cuántos de esos 40,000 soldados se identifican como judíos?

«Aquellos que se han registrado, lo cual significa que se identifican y quieren estar involucrados, son 180 miembros del servicio, más sus familias. Hay muchos más que eligen no ser identificados como judíos.

¿Y quiénes son ellos? Supongo que hay muy pocas personas observantes como usted, si es que hay alguna.

«Tú sabes, algunos soldados necesitan comida kosher, otros considerarían hacer una simple mitzvah de vez en cuando una cosa inmensa, y para otros se trata de conocimiento y educación -ellos quieren aprender algo sobre nuestra tradición y sobre lo que la Torah tiene para decir. Para muchos soldados judíos que yo conozco aquí, cuando están en casa podrían no estar involucrados en lo absoluto, pero cuando estás desplegado en el campo o en el desierto, cuando estás en entornos diferentes, es una cosa increíble ver a algunas personas pedir comida kosher, o venir a sacudir el lulav o ponerse tefilín.
«Es una hermosa oportunidad que yo tengo, conectar los puntos entre ellos y boreh ha´olam [el Creador del universo]. Funciona como en cualquier otro lugar donde tengamos una oportunidad de acercar a los soldados al judaísmo, ayudarlos a aprender, estar ahí para las cosas que ellos necesitan espiritualmente».

«Falta un imam»

En su papel principal, como capellán de batallón, su trabajo es proporcionar apoyo religioso para las personas de todas las religiones y asegurar la libertad de expresión religiosa de cada soldado, ya sean católicos, o budistas o musulmanes. ¿Cómo funciona en realidad?

«Estoy aquí para asesorar al comandante. Si vamos a estar moviendo a las tropas en una fecha determinada, es mi responsabilidad revisar los calendarios y decirles si lo que está planificado tiene lugar en una fiesta en particular, o el Ramadán …y si y cómo afectará eso a la misión. Tenemos que hacer seguimiento para el comandante de lo que él probablemente no va a estar haciendo seguimiento por sí mismo».

¿Cuánto necesita saber usted sobre otras religiones?

«Necesito saber las cosas básicas, pero los comandantes usualmente no me llaman y dicen: Capellán, mi soldado budista está diciendo que a él no se le ha permitido seguir sus costumbres religiosas. Si lo desean, los enviaré al capellán budista, de la misma manera que [otro] capellán les diría que llamen al rabino Harari en caso de una pregunta sobre kashrut. Debido a que estamos en una base grande, tenemos capellanes de muchas religiones, y esto hace que sea fácil. Aunque ahora mismo, nos falta un imam».

El Capitán Michael Harari, capellán del 1-229no Batallón de Reconocimiento de Ataque, recibe un Medalla de Reconocimiento del Ejército por sus acciones para evitar un suicidio, 30 de agosto del 2018.

¿Qué hay sobre los capellanes judíos reformistas y conservadores? Me imagino que la mayoría de los judíos, y sus capellanes, son de esas denominaciones. ¿Conoce el ejército sobre las diferencias, y las tensiones ocasionales, entre la ortodoxia y el judaísmo no ortodoxo?

«Yo soy el único rabino en la base, representando a la comunidad judía, y usualmente no trabajo con otros rabinos. Todos tienen su propio ´sabor´, respecto a lo que hacen, y el mío es sabor religioso Jabad, porque eso es lo que aprendí. Como un capellán en el ejército, nadie te pide ser algo o alguien que no eres, por lo que cada rabino haría lo suyo con respeto a los demás».

¿Qué hay sobre los diferentes enfoques sobre el matrimonio mixto, o la actitud hacia Israel u otros temas en disputa dentro de la comunidad judía de Estados Unidos? ¿Cuánto de esto entra en la base militar?

«Creo que el desafío está en todos lados, y que todo lo que sucede en el mundo también sucede en el ejército. Tenemos soldados de todos los ámbitos de la vida, de toda procedencia, y estamos en una unidad juntos -así que sí hay algo sucediendo en el mundo, lo vemos aquí también. Quizás en el ejército es un poco más fácil [que en áreas no militares de la vida], porque los judíos ahí quieren conectar con otros judíos. La gente siente que es su procedencia, su patrimonio. Todos son bienvenidos, incluso si ellos no son judíos halájicamente.

«Yo lo veo de la manera como el rabino Hillel lo hacía. Tú sabes, la gente que quería acercarse a la emet, la verdad -si ellos iban donde el rabino Shammai, Shammai les decía que se fueran. Pero Hillel el Mayor les decía: Si tú realmente quieres aprender entonces ven, haz una pregunta, ven a ver lo que es el Shabbat. No es que estemos ahí para convertir gente, o lo que sea, ¿pero si realmente quieres ir más allá y convertirte en judío? Te daremos el número del rabinato ortodoxo en Seattle; puedes ponerte en contacto con ellos si quieres para continuar.

«Por supuesto hay muchos rabinos de todas las denominaciones en el ejército, pero ninguno de nosotros está haciendo giyurim [conversiones]. Por supuesto a nivel personal, no estaría de acuerdo con un rabino reformista si él o ella dice que está bien oficiar en la jupá de un judío y un no judío».

Su servicio en el ejército tiene un contexto judío estadounidense más amplio. Jabad está en todos lados hoy, en todos los 50 estados, muchas veces en lugares muy remotos, y ahora también está en el ejército. ¿Se siente parte de ese proyecto? ¿Todavía es un emisario de Jabad como cualquier otro emisario?

«Hay muy pocos de nosotros, los rabinos de Jabad, en servicio activo, es decir, que esto es en realidad nuestra vida. Y no estoy seguro de cuántos de mis amigos en Jabad comprenden realmente lo que hacemos -que estamos ahí afuera todas las mañanas a las 5 A M haciendo EF y luego yendo a nuestro batallón, y pasando por los juegos de guerra, y luego ser desplegados y ser enviados al extranjero.

«Tenemos mucho en común con una familia Jabad que va a algún lugar en Siberia o Uganda. Es difícil para nosotros como familia, somos la única familia observante ahí: no hay otros compañeros o amigos viviendo la misma vida que nosotros, estás como por tu cuenta. Y estamos escolarizando a los niños en casa, y la comida kosher no es fácil de conseguir.

«Al principio del año, tuvimos un gran envío de carne congelada que nos enviaron, lo cual es suficiente para unos pocos meses. Una vez al mes, vamos a una granja cercana y ordeñamos cabras. La congelamos. Pero eso es sólo para mi familia, porque otras familias aquí, incluso aquellas que guardan el kashrut, no son tan estrictas como para requerir Halav Israel [leche extraída bajo estricta supervisión rabínica].

«Pero dentro del ejército, nuestro sistema de apoyo es una cosa completamente diferente. El ejército cuida a nuestras familias, hay un sistema completo, y mi comunidad es probablemente la comunidad Jabad más segura en el mundo, porque estamos localizados dentro de una base militar».

Musculoso vs. Judío Exiliado

Usted dijo antes que quería estar entrenando y saltando con los soldados de combate. El hecho de que usted es un rabino de combate, y atlético, transmite algo muy fuerte, y lo digo positivamente -como si usted fuera una nueva versión rabínica de El Judío Musculoso de Max Nordau, la antítesis del estereotipo del Judío en el Exilio.

«Nuestras personas como rabinos del ejército pueden verse diferentes del estereotipo judío de hace 150 años. Pero cuando piensas sobre ello, desde mucho tiempo atrás, Bnei Yisrael siempre defendió sus territorios -los Macabeos se levantaron contra sus opresores, y por supuesto en el Estado de Israel. Israel no fue fundado por gente débil. Hace años, estaba viviendo en Ucrania. Había un gran centro Jabad en la provincia de Dnepropetrovsk, y yo estaba dirigiendo el orfanato con un amigo mío. Quería practicar lucha libre, algo en lo que siempre estuve involucrado. Probé en el equipo local de lucha libre y lo logré, así que dos o tres veces a la semana iba ahí.

«Había un hombre viejo, yo no sabía que era judío, que solía venir a ver los partidos. Un día se me aproximó y dijo: No sabes lo que esto me hace, habiendo crecido en Ucrania y viendo, por años, a los judíos ser los objetivos, ahora verte luchando con esta gente. Aunque es un deporte, me hace sentir bien verte salir de este edificio usando una cobertura de cabeza y los tzitzit (flecos rituales).

«Así que renunciar a esa imagen no es una cosa negativa. Quizás yo aprendí de mi padre, quien creció en Egipto, o de mis abuelos: Creo que como judíos, es importante para nosotros estar habilitados. Y está totalmente en línea con la Torah ser fuerte y ser capaz y poder cuidarte a ti mismo y a aquellos alrededor tuyo. Si te es dada esa capacidad -úsala y ayuda a otros con ella».

Entonces, ahora usted es un oficial en el ejército de Estados Unidos, no una fuerza judía. ¿Qué significa para usted ser parte de esto?

«Simple: Yo soy un patriota estadounidense. Como dije, casi todos en mi familia han servido y han tenido su participación -y esto dice algo sobre el sentido de solidaridad y ser parte de Estados Unidos. Hay muchos judíos en las fuerzas armadas, y eso también dice algo positivo sobre nosotros como judíos en general …Incluso durante la Guerra Civil, los judíos sirvieron, y en ambos lados.

«Pero en conjunto …es difícil encontrar en otro lugar en el mundo una diversidad tal de orígenes como existe en el ejército. Olvídense de la religión, sino sólo la crianza y dónde nació la gente. Algunos de mis compañeros en servicio nacieron con una cuchara de plata en sus bocas: Son muy acomodados y fueron a las mejores universidades, y otros no tenían hogar antes de que vinieran al ejército. Así que tener a alguien procedente del rico y aristocrático noreste de Estados Unidos, junto a alguien del interior de la ciudad de Chicago -es algo que no ves a menudo. La mezcla de todos nosotros trabajando juntos efectiva y eficientemente -creo que es una de las cosas que hace fuerte al ejército.

«Además, siento que es un privilegio poder servir a mi país, y no solamente como un rabino. Cuando fui aceptado para el servicio militar activo, el reclutador me dijo, «Felicitaciones, eres parte de menos del 1 por ciento de la nación». Yo también estaba pensando en cómo los judíos fueron siempre menos del 1 por ciento de la nación. Ahora es algo que nos levantamos para hacer, por libre elección, esto es lo que nos gusta hacer: apoyar a aquellos que luchan nuestras guerras, y mantienen a nuestro país seguro. Yo soy su rabino. Soy uno de ellos. Soy uno de nosotros».

*El periodista Yair Ettinger es actualmente un becario del Instituto Shalom Hartman en New York. Una versión en hebreo de este artículo será publicada en su blog.

 

Fuente: Haaretz
Traducción: Comunidad Judía de Guayaquil



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